Ha sido una Semana Santa maravillosa, sí. Empezamos con el, ideal de la muerte, viaje en bus de Madrid a Zaragoza. El viaje de Zaragoza a Sabi fue ya un poco más normal.
La estancia en el pueblo poco digna de mención, excepto para decir que no hice "ná" en todo el día, y aún con todo se me pasó rapidísimo, entre ir de compras con mis padres, ver a los amigos y visitas a la familia.
Hubiera sido perfecto si no fuera porque siguen saliéndome las muelas del juicio (sí, las 4), y como tengo el espacio justo tirando a escaso en las mandíbulas, pues no paran de salir y empujar al resto de los dientes para hacerse un hueco. Y eso realmente duele >.<
Quitando eso, pasé un puente estupendo... hasta que llegué a casa, en Madrid.
Nada más llegar y poner los comestibles que traía en la nevera y el congelador, al llegar al comedor para dejar la maleta, ya tuve la impresión de que las cosas no estaban como yo las había dejado al irme (Pista principal: el cd 1 del Spanish Bizarro, que suele estar en mi cuarto, estaba en el comedor encima de unas bolsas con cuadernos).
Para resumir:
Al entrar a mi cuarto, lo primero me encontré uno de mis anillos en el suelo, anillo que sueleestar en una cajita que no abro apenas nunca, pues ahí están los anillos que ya no uso.
Luego vi peluches fuera de su sitio y cosas revueltas. Al volver mi vista a la etantería, ví que TODOS los joyeros y cajitas en que guardo mis abalorios estaban completamente revueltos, los fui abriendo y a primera vista, lo único que he visto que me falte, es un anillo de oro, tipo sello para lacre, que me regaló mi madre hace años. Anillo que estaba en un joyerito junto a una caja con unos pendientes de oro que me regalaron hace poco y que obviamente habían mirado, porque la cinta con la que se ataba estaba rota y perdida (la encontré hace poco algún rincón perdido de la habitación) y la caja abierta. Y no será porque no ponga que son de oro de 18 kilates...
Cuando más tarde llegó Eme y le dije que revisara su cuarto a ver si le faltaba algo, me dijo que se lo había encontrado revuelto, pero que no había mirado. Cuando miró, resulta que le había desaparecido un reproductor de cds.
Y ya de la estupida gilipollez de robar condones ya ni hablo...
Sospechosamente, al otro compañero de piso no le había desaparecido nada.
Sospechosamente, la única persona que había estado en el piso era la que había venido a cuidar al hurón del otro compañero de piso.
Sospechosamente, el otro compañero de piso no se dió cuenta de que le habían revuelto la habitación hasta una semana después.
Y mandan webos, que si el otro no tenía pasta, se fuera toda la Semana Santa de viaje por el Sur :/
Enfin... Esa fue mi Semana Santa, ya os contaré más... aunque sea con retraso.