miércoles, 22 de septiembre de 2004

Empezamos bien...

Bueno, ayer fue mi primer día en el nuevo curro. No estuvo mal, quitando el ENORME dolor de pies que me quedó, debido a la mala elección del calzado por mi parte (Nota mental: comprar zapatos nuevos que sean cómodos, y sobre todo, lisos).

Segundo día. Ha ido todo genial. Ayer libraba el encargado de charcutería, así que le he conocido hoy. Todavía no conozco tampoco a todos los compañeros, hay un montón de gente trabajando ahí, y ni siquiera hay taquillas para todos.

Lo de las taquillas viene a cuento de que, para segundo día, ya he pagado la novatada.

Resulta que mi uniforme consiste en camisa blanca (que me he tenido que comprar yo), pantalón negro (que me lo he tenido que llevar yo), zapatos (que los tengo que poner yo), chaleco (que me han dado), delantal (que me han dado), gorrito para no soltar pelos por ahí (que me han dado) y pajarita (que me han dado). Si, yo he tenido que poner casi todo el uniforme, con la excusa de que están cambiando los uniformes y aún no han llegado nuevos. Pero no tengo taquilla donde ponerlo, ni nada. Y en la habitacioncita donde nos cambiamos, hay un precioso cartel que pone "Guardad bien vuestras cosas, la empresa no se hace responsable de las sustracciones" o algo similar. Bueno, yo tengo mis cosas bien guardaditas (creía) en una bolsa, junto a la única silla que hay en esa habitación y dobladitas, para que quepan bien sin arrugarse mucho. Y la pajarita colgada de un asa, pa' no perderla... o eso creía...

Pues resulta que el cartelito ya avisaba bien, ya...

Llego esta mañana a cambiarme, y mi pajarita no estaba en la bolsa, junto a la silla, sino que estaba encima de la silla, así que me la he puesto. He pasado toda la mañana guay, hoy me he traido unos zapatos planos y cómodos (viejos pero cómodos, aunque me pretan un poquito, pero poco, al menos hoy al salir he podido andar, que ya es más de lo que podía hacer ayer), con el encargado enseñándome a hacer cosas y tal. En estas, que a las horas, llega una compañera, y me suelta que si la pajarita que llevo es la que había encima de la silla, a lo que obviamente le respondo que sí y me dice que no tengo porqué coger lo de los demás, que la pajarita era la suya, que ella ahora llevaba una que le había pedido a un compañero, que para ese momento no pasaba nada, pero que luego se la diera. Yo flipando.
El encargado de sala que llega y me dice que no coja lo de los demás, que tengo que cuidar mis pertenencias, y que vaya a buscar la mía, que si no la encuentro es asunto mío, etc etc etc... Yo ya a cuadros...
Bueno, pues si la de encima de la silla no era la mía, pues la mía estará alrededor de la silla, así que bajo, me pongo a buscar, y la puta pajarita no aparece, se lo digo al encargado... o se lo intento decir, más bien, y me corta diciendome que eso no es asunto suyo, que mis pertenencias las tengo que cuidar yo, bla, bla, bla... Bueno, vale, lo que ha pasado suena a excusa barata, pero joder, es la maldita verdad. Vale, si, es un encargado, se la sudan esas cosas... pero coño, al menos, para evitar que pasen esas cosas, que pongan taquillas para todos, o habiliten algún tipo de cajonera para que cada uno pueda guardar sus cosas, coño.
En resumen, que pa' segundo día de curro, me han robado parte del uniforme, con lo que he pagado la novatada, y seguramente me tocará pagar pajarita nueva, porque el encargado de la charcutería me ha dicho que donde venden las pajaritas que usamos, única y exclusivamente las venden a través del encargado de sala, cuando él hace pedido, así que a saber por cuánto me sale la broma... y mientras tanto, yo con un cabreo de tres pares de narices.

¡Qué! Divertido mi segundo día de curro, ¿Verdad? Pues sólo ha sido la mañana, ahora toca la tarde...

1 comentario:

Ghanima Atreides dijo...

Je, pues esa misma tarde encontré la pajarita (sigo sin saber cómo se soltó de la bolsa), se había soltado y andaba por el suelo, la encontró el personal de la limpieza, ahora ya está todo aclarado.