martes, 31 de mayo de 2005

Porque me se apetece III

Pasarás por mi vida sin saber que pasaste.
Pasarás en silencio por mi amor, y al pasar,
fingiré una sonrisa, como un dulce contraste,
del dolor de quererte ... y jamés lo sabrás.

Soñaré con el nácar virginal de tu frente;
soñaré con tus ojos de esmeraldas de mar;
soñaré con tus labios desesperadamente;
soñaré con tus besos ... y jamás lo sabrás.

Quizás pases con otro que te diga al oído
esas frases que nadie como yo te dirá;
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amare más que nunca ... y jamás lo sabrás.

Yo te amaré en silencio, como algo inaccesible,
como un sueño que nunca lograré realizar;
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos ... y jamás lo sabrás.

Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
-- el tormento infinito que te debo ocultar --
te diré sonriente: "No es nada ... ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima ... ¡y jamás lo sabrás!

Porque me se apetece II

Bajo el olvido de la noche muda
se desploma en mis sueños la inquietud

Todo el vacío que tu ausencia deja
abre de par en par la soledad,
la angustia desordena los caminos
y me asaltan las olas de tu adiós.

La nostalgia los astros picotea
tus señales de pan para volver.

La amarga inmensidad se multiplica
en círculos de brazos hacia tí;
el insomnio que ronda entre la niebla
se rinde fatigado de ladrar.

Tu sollozo el olvido desdibuja
entre las grietas del atardecer.

Quizá la lluvia tu memoria enciende
cuando cubre de flores mi dolor,
que la esponja del aire enjuga el tiempo
y como un demente el día echa a correr.

Tus manos, de la ausencia rescatadas,
me humanizan sobre la cruz del sur.


Ricardo J. Bermúdez

Porque me se apetece.


Yo la amé, y era de otro, que también la quería.
Perdónala, Señor, porque la culpa es mía.

Después de haber besado sus cabellos de trigo,
nada importa la culpa, pues no importa el castigo.

Fue un pecado quererla, Señor, y sin embargo,
mis labios están dulces por ese amor amargo.

Ella fue como un agua callada que corría...
Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.

Perdónala, Señor, tú, que le diste a ella
su frescura de lluvia y su esplendor de estrella.

Su alma era transparente como un vaso vacío.
Yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.

Pero, ¿Cómo no amarla, si tú hiciste que fuera
turbadora y fragante como la primavera?

¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío
sobre la yerba seca y ávida del estío?

Traté de rechazarla, Señor, inútilmente,
como un surco que intenta rechazar la simiente.

Era de otro. Era de otro, que no la merecía,
y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.

Era de otro, Señor. Pero hay cosas sin dueño:
Las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.

Y ella me dio su amor como se da una rosa,
como quien lo da todo, dando tan poca cosa...

Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
Ella no fue culpable, Señor... ¡Ni yo tampoco!

La culpa es toda tuya, porque la hiciste bella,
y me diste los ojos para mirarla a ella.

Toda la culpa es tuya, pues me hiciste cobarde
para matar un sueño porque llegaba tarde.

Sí. Nuestra culpa es tuya, si es una culpa amar,
y si es culpable un río cuando corre hacia el mar.

Es tan bella, Señor, y es tan suave, y tan clara,
que sería un pecado mayor si no la amara.

Y, por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,
que tú, que hiciste el agua, y la flor, y la estrella,

tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
¡Tú también la amarías, si pudieras ser hombre!


José Angel Bueza

viernes, 27 de mayo de 2005

Pasotismo

Sisi, se que tengo que actualizar, pero es que no me apetece, como podréis haber deducido, pero tengo por ahí uno a medio hacer contando el maravilloso puente de mayo que pasé junto a Raul y Eclep.
No, no tengo trabajo ahora mismo, sigo buscando.
Si, mi madre anda dándome el coñazo con que me vuelva al pueblo.
No, no me apetece.
Si, mañana mismo me volvería a Zaragoza.
No, no tengo pasta para la mudanza y antes tendría que encontrar piso y curro ahí.

Mientras tanto...

Alguien podría pegarme un tiro? O pasarme algo de cianuro, que seguro que sale más barato.

Ale, ke os peten a to2

miércoles, 18 de mayo de 2005

Desde Semana Santa

Por dónde podría empezar...

Desde Semana Santa han pasado un montón de cosas, y sin embargo apenas ha pasado nada en absoluto.
Supongo que aquellos que habéis hablado conmigo, ya os conté en su momento que las ventas de la tienda esa que me puse a trabajár en Marzo, al dejar el Museo del Jamón, no iban muy bien. Se esperaba que al empezar en Marzo la temporada turística de primavera-verano, aumentaran las ventas, así que buscaban dependientas por eso, para poder hacer jornada intensiva (es decir, no cerrar al mediodía). Sin embargo apenas hubo ventas en todo el mes. Con esto de que, debido a la gran cantidad de robos y atracos (y los timos, no olvidemos los timos) a que ha sido sometido desde sus inicios el turismo, actualmente vienen sobre todo grupos organizados a los que se recoge en autobús en el aeropuerto y los llevan a la tienda A, donde los recoge el autobús y los lleva a un restaurante concertado (en el que el guía, por supuesto, se lleva comisión, lo mismo que en las tiendas), en el restaurante los recoge el autobús y los lleva a la tienda B, de ahí a un espectáculo, museo o lo que sea, y de ahí al hotel a pasar la noche. Siempre en autobús y todo en manada y sin cantearse, no sea que a algun despustado le de por entrar en una tienda donde el guía no se lleve comisión, le roben, le atraquen, le timen, se pierda o algo.
Pues eso, que apenas hubo turistas de los que van a su rollo, así que apenas hubo clientes, con lo que a fin de mes prescindieron de mis servicios.
Como no tenía contrato y del Museo del Jamón me había largado yo hacía más de un mes, no tenía paro. Con lo que cobré de la tiendecita apenas me daba para pasar el mes, así que me tomé dos o tres días "libres" para dar tiempo a que se me pasara el "bajón" que suele dar en estos casos, y me puse a echar currículums.
Sin prisa pero sin pausa. Y sin resultado alguno hasta que empecé a usar www.infojobs.com (casi un mes más tarde).
Pero eso es otra historia y queda para otro día. Hasta pronto.