lunes, 17 de octubre de 2005

Altares

Este es un post de actualización y de agradecimiento.
Empecemos con la actualización:

Aunque la verdad es que estos días no ha pasado gran cosa, el fin de semana que volvía a Madrid apenas dormí unas horas. Para resumirlo. El viernes por la noche no conseguí dormir nada, entre que yo me duermo muy tarde habitualmente y que me llamaron por teléfono de madrugada y estuve de cháchara un buen rato. A las 8:30 de la mañana cogía el autobús para Zaragoza, donde a las 12 cogí el bus para Madrid (esa noche tocaba trabajar en el hotel...). Por supuesto en ninguno de los dos autobuses conseguí echar ni una cabezada. Llegué a casa sobre las 5 de la tarde o por ahí, más o menos, y después de sacar los perecederos de la maleta, me eché un rato hasta eso de las 9. La noche en la recepción del hotel pasó bastante tranquila, y a la salida, cuando llegué a casa, al poco rato llegó la dueña del piso, con muchas ganas de que nos pusiéramos a limpiar la casa. Mientras ella acondicionaba la habitación que anteriormente había sido ocupada por el dueño de los hurones (y los hurones) yo me encargaba de ir limpiando la cocina (la cual aún está lejos de estar impoluta de nuevo). Cuando porfín se dió por satisfecha con la habitación, ya eran las dos del mediodia pasadas, yo estaba reventada, y me fuí a dormir. Por desgracia no logré dormir durante mucho rato. Y tampoco durante la noche siguiente hasta bien tarde. Enfin, fue un fin de semana de mucho insomnio.

Lo que no me quedó muy claro el domingo fue si la dueña quería cambiar sólo el embellecedor del armario (que estaba medio derretido), o también el fondo del armario que está sobre la campana extractgora, o todo el armario o qué. La duda viene a cuento de que la dueña ha acordado con el del seguro que ellos mandan a quién lo cambie y ella lo paga, y yo aún no se si me lo cobrará o no. Por no hablar de que aún no se si costará más o menos.

Por otro lado, sigo con la mudanza de habitación, aunque aún tengo que averigüar cómo quitar el olor a hurón de ella, y no hay manera de conseguir arreglar los arañazos del parqué. A no ser que me gaste una pasta en contratar a un profesional (que no se dónde buscar tampoco).

También he tomado una decisión. A tomar por saco con todo. Si encuentro una habitación libre, iré el sabado y el domingo al Salón del Manga. Sino, iré el viernes al salir del curro y volveré el sábado por la noche. Pero no me quedo sin ir otro año más. He dicho.

Mañana he quedado con un amigo para que vea la habitación libre, a ver si le gusta y se queda (alquiler más barato ^_^).

Sección agradecimientos:

Gracias a Raúl por ofrecerse a hacer un armario nuevo o reparar el que había (aunque al final la dueña se buscara la vida por su cuenta).
Gracias a Ecleptica por pensar en mí cuando le hablan de un trabajo mejor del que tengo.
Gracias a Haides por ofrecerme sus escasos ahorros para ayudarme con mis problemas monetarios.
Gracias a EmeA y Kralizec por soportar mis malos humores (uno más que el otro) y ralladas (otro más que el uno).
Gracias a Karras por ofrecerse a hacer de guía por Barna.
Gracias a Emea por llamar al hotel para buscarme habitación y por tener tanta paciencia conmigo.
Gracias a S0TA, Kralizec y Fernándo por ser la voz de la razón.
Gracias a Ibrahim, Vanessa, Nicajto, Kralizec, Maikel, Josemi, Rubén, Moises, Vane, Carlos, Piteas (y alguno que me dejaré), por estar ahí y soportarme.

Todos ellos merecen un altar por esas y otras razones.
Un beso para todos.

lunes, 10 de octubre de 2005

Dudas existenciales

- ¿Qué son los polifosfatos, que unos me dicen que si es un tipo de sales y otros que si son conservantes?

- ¿Porqué algunos fiambres pone en el envase/envoltorio "Sin sales añadidas"? ¿Qué pasa, que de normal después de cocinarlos les añaden más sal además de la de cocción?

- ¿Porqué (por ejemplo) el "pollo carloteña" lleva además carne de pavo y cerdo?

- ¿Porqué mucha gente cuando va a comprar ni siquiera le dice "Hola" a la persona que desde detrás del mostrador le acaba de decir "Hola, muy buenas" y directamente le dice "Pongame esto"?

- ¿Porqué algunos productos llevan la fecha de caducidad de sólo unos pocos meses (o días) cuando está comprobadísimo que (con el envase sin abrir ni agujerear) pueden aguantar intactos varios años?

- ¿Porqué algunos compañeros de trabajo cuando vienen a comprar a tu puesto te miran por encima del hombro y son aún más desagradables que algunos de los clientes más desagradables y tocapelotas que vienen habitualmente a comprar?

- ¿Porqué cuando un compañero viene a comprar a tu puesto, sabiendo que le vamos a buscar lo mejor de los productos que tenemos, encima se pone tonto con "Oigh, es que así no me gusta" siendo que si se lo damos "así" es porque creemos firmemente que va a salir mejor que el resto de los que tenemos?


Si alguien tiene la respuesta a alguna de estas preguntas, agradeceré contestación en los comentarios. Ya pondré más dudas metafísicas que tengo en futuros posts.

domingo, 9 de octubre de 2005

Un médico convenció a su paciente de acostarse con él si quería curarse

Una mujer demandó por cuatro millones de dólares a un médico de Oregon,
quien aparentemente la convenció de que hacer el amor con él le curaría su
dolor de espalda.

El médico Randall Smith no niega haber tenido relaciones sexuales con la
demandante, cuyo nombre no ha sido divulgado, pero alega que ella dio su
consentimiento.

Los hechos ocurrieron en 2003, cuando Smith tenía 50 años y la mujer 47.
Presuntamente el osteópata convenció a la paciente de que el masaje de sus
'puntos activos' en la zona pélvica le reduciría el dolor de espalda.

La paciente 'volvió repetidamente al médico para recibir la 'terapia de
puntos activos', que pronto se convirtió en relaciones sexuales', según
explicó el Departamento de Justicia de Oregón.

Por esas sesiones de 45 minutos, Smith pidió reembolso al Plan de Salud del
Estado de Oregón por un valor total de 5.000 dólares.

El año pasado, Smith se declaró culpable de presentar facturas de salud
falsas y fue condenado a dos meses de cárcel y 18 de libertad condicional.

Smith perdió su licencia médica en marzo de 2004 y fue despedido por la
clínica donde ocurrieron los hechos, Adventist Health Clinic-Rockwood, en
Gresham (Oregón), que además devolvió al estado los 5.000 dólares.

La mujer presentó la demanda contra el médico y la clínica el viernes en el
tribunal del Condado de Multnomah y en ella solicita la compensación de
cuatro millones de dólares por negligencia y por haberle causado angustia.

El tratamiento médico 'incluía el coito, que era necesario, según le dijo él
(Smith) a la demandante, para ayudar a aliviar el dolor que sufría en la
parte inferior de la espalda y de las extremidades inferiores', se señala en
la demanda.

La demanda no hace mención a si el tratamiento funcionó.

viernes, 7 de octubre de 2005

Hijos de Dune - Frank Herbert

Lentamente, cautelosamente, Ghanima regresó al Tabr, escudándose en las más profundas sombras de las dunas, agazapándose en la oscuridad cuando las partidas de búsqueda pasaban muy cerca de ella. Una terrible consciencia la inundó: el gusano había dado cuenta de los tigres y del cuerpo de Leto, los peligros que había que afrontar. Leto ya no existía; su gemelo ya no existía. Echó a un lado todas la lágrimas y alimentó su rabia. En aquello era pura Fremen. Y fué consciente de ello, y se recreó en ello.
Comprendió lo que se decía acerca de los Fremen. Se suponía que no tenían conciencia, que la habían perdido en el fuego de la venganza contra aquellos que les habían hecho huir de planeta en planeta en su larga peregrinación Aquello era una estupidez, por supuesto. Sólo los bárbaros más primitivos no tienen conciencia. Los Fremen poseían una conciencia altamente evolucionada, centrada en su propia supervivencia como pueblo. Tan sólo los extranjeros venidos de otros planetas podían considerarlos embrutecidos... al igual que los extrajeros venidos de otros planetas les parecían unos embrutecidos a los Fremen. Cada Fremen sabía muy bien que podía llevar a cabo un hecho brutal sin sentirse culpable por ello. Los Fremen no sentían ninguna culpabilidad por cosas que hubieran hecho estremecer las conciencias de otros. Sus rituales los liberaban de la culpabilidad, que de otro modo hubiera terminado destruyéndoles. Sabían en lo más profundo de su consciencia que cualquier transgresión podía ser atribuída, al menos en parte, a circunstancias atenuantes muy bien definidas: "falta de autoridad", o "una tendencia natural hacia el mal", compartida con todos los seres humanos, o una "mala fortuna" que cualquier criatura racional era capaz de identificar como una colisión entre la carne mortal y el caos exterior del universo.
En aquel contexto, Ghanima se sintió pura Fremen, una extensión cuidadosamente preparada de la brutalidad tribal. Necesitaba tan sólo un blanco... y éste, obviamente, era la Casa de los Corrino. Ardía en deseos de ver la sangre de Farad'n derramándose en el suelo a sus pies.
Ningún enemigo la aguardaba en el qanat. Incluso las partidas de búsqueda habían ido hacia otros lugares. Cruzó el agua por encima de un puente de tierra, se arrastró a través de la alta hierba hacia la salida oculta del sietch. Una brusca luz brilló ante ella, y Ghanima se echó de bruces al suelo. Miró hacia adelante a través de los tallos de alfalfa gigante. Una mujer había entrado por el acceso oculto desde el exterior, y alguien había recordado que había que preparar aquel acceso tal como debía ser preparada cualquier entrada del sietch. En los tiempos difíciles, cualquiera era recibido a la entrada del sietch con una deslumbrante luz que le cegaba temporalmente, el tiempo necesario para permitir a los guardias decidir. Pero tal acogida no habia significado nunca que los chorros de luz surgieran libremente al desierto. La luz visible significaba que alguien había dejado abiertos los selllos exteriores.
Ghanima sintió una profunda amargura ante aquella traición a la seguridad del sietch, aquel violento chorro de luz. La blandura de los nuevos Fremen se había infiltrado por todas partes.
La luz continuó bañando el exterior hasta la base de las rocas. Una mujer joven salió corriendo de la oscuridad de las plantaciones hacia la luz, con movimientos aparentemente temerosos. Ghanima pudo ver el brillante círculo de un globo en el interior del acceso, con un halo de insectos a su alrededor. La luz iluminaba dos oscuras sombras en el interior del acceso: un hombre y una muchacha. Estaban cogidos de la mano y se miraban mutuamente a los ojos.
Ghanima notó algo equívoco en aquel hombre y aquella mujer. No eran tan sólo dos enamorados buscando un momento de respiro en mitad de la búsqueda. La luz permanecía suspendida por encima y detrás de ellos en el pasadizo que se adentraba en el sietch. Estaban hablando, dos siluetas proyectándose hacia la noche en un cerco de luz, visibles para cualquiera que espiara desde fuera sus moviemientos. El hombre liberaba ocasionalmente una mano. La mano trazaba un arco en la luz, un seco y furtivo movimiento que, una vez completado, regresaba a las sombras.
Los aislados rumores de las criaturas nocturnas llenaban la oscuridad en torno a Ghanima, pero ella apartó enérgicamente tales distracciones.
¿Qué ocurría con aquellos dos?
Los movimientos del hombre eran tan estáticos, tan cautelosos...
El hombre se giró. el reflejo de las rocas de la mujer lo iluminaron, exponiendo un rostro rojo y blando con una enorme nariz llena de granos. Ghanima inspiró profunda y silenciosamente al reconocerlo. ¡Palimbasha! Era uno de los nietos de un Naib cuyos hijos habían caído al servicio de los Atreides. El rostro -y otra cosa revelada por un abrir de sus ropas al girarse- le dieron a Ghanima un cuadro completo de la situación. Bajo la ropa llevaba un cinturón, y sujeto al cinturón había una caja que brillaba con mandos y diales. Era un instrumento de los tleilaxu o de los ixianos, sin la menor duda. Era el transmisor que había desencadenado a los tigres. Palimbasha. Aquello significaba que otra familia de Naibs se había pasado a la Casa de los Corrino.
¿Quién era aquella mujer, entonces? No tenía importancia. Era tan sólo alguien a quien Palimbasha había utlizado.
Espontánemante, un pensamiento Bene Gesserit surgió en la mente de Ghanima: Cada planeta tiene su propio período, como la vida misma.
Recordó bien a Palimbasha, mientras lo observaba allí con aquella mujer, viendo el transmisor, los furtivos movimientos. Palimbasha enseñaba en la escuela del sietch. Matemáticas. Como matemático era un patán. Había intentado explicar a Muad'Dib a t ravés de las matemáticas hasta que fué censurado por los Sacerdotes. Era un esclavista mental, y su proceso de esclavitud era extremadamente simple de comprender: tansfería el conocimiento técnico sin transferir los valores.
Debería haber sospechado antes de él, pensó Ghanima. Todas las señales estaban ahí.
Luego, con ácido ardor en el estómago: ¡El ha matado a mi hermano!
Se esforzó en permanecer tranquila. Palimbasha podía matarla a ella también, si intentaba penetrar por aquel acceso oculto. Entonces comprendió la razón de aquel tan poco Fremen derroche de luz que traicionaba la entrada secreta. Estaban comprobando por medio de aquella luz si alguna de sus víctimas había conseguido escapar. Debía ser un terrible tiempo de espera para ellos, sin saber lo que había ocurrido. Y ahora que Ghanima había visto el transmisor pudo explicarse algunos de los gestos de su mano. Palimbasha estaba pulsando uno de los mandos del transmisor con mucha frecuencia, en un gesto rabioso.
La prsencia de aquella pareja le decía mucho a Ghanima. Probablemente cada acceso al sietch contenía un observador similar en su embocadura.
Se rascó la nariz allá donde el polvo le picaba Su pierna herida le seguía pulsando, y el brazo que había empuñado el cuchillo le ardía. Sus dedos seguían entumecidos. Si hubiera tenido que usar el cuchillo, hubiera debido empuñarlo con su mano izquierda.
Ghanima pensó en usar la pistloa maula, pero su sonido característico seguramente atraería una indeseada atención. Tenía que encontrar algún otro medio.
Palimbasha se metió un poco más en la entrada. Se convirtio en un objeto oscuro contra la luz. La mujer giró su atención hacia la noche exterior mientras seguía hablando. Había en ella una adiestrada vigilancia, una sensación de que sabía cómo mirar la oscuridad, usando el rabillo de sus ojos. Entonces era más que un simple instrumento. Formaba parte de lo más profundo de la conjura.
Entonces recordó Ghanima que aquel Palimbasha aspiraba a convertirse en un Kaymakam, un gobernador político bajo la Regencia. Debía formar parte de un plan mucho más vasto, aquello estaba claro. Debía haber muchos otros con él. Incluso aquí en el Tabr. Ghanima examinó las implicaciones que el problema exponía, las fue tanteando. Si consiguiera atrapar a alguno de aquellos guardianes con vida, muchos otros se verían perdidos.
El resoplido de un pequeño animal bebiendo en el qanat cerca de ella llamó a su atención. sonidos naturales y cosas naturales. Su memoria buscó a través de una extraña barrera silenciosa en su mente, y se encontró a una sacerdotisa de Jowf capturada en Asiria por Sennacherib. Los recuerdos de aquella sacerdotisa le dijeron a Ghanima lo que debía hacer aquí. Palimbasha y su mujer eran apenas chiquillos indóciles y peligrosos. No sabían nada de Jowf, ni siquiera sabían el nombre del planeta donde Sennacherib y la sacerdotisa se habían convertido en polvo. Lo que iba a ocurrirles a aquella pareja de conspiradores, si les fuera explicado, podría ser explicado tan sólo en términos de alqo que empezara allí.
Y terminara allí.
Rodando sobre un costado, Ghanima tomó su fremochila y liberó el snork de arena de sus correas. Le sacó el tapón, extrajo el largo filtro de su interior. Ahora tenía un tubo vacío, abierto por ambos lados. Seleccionó una aguja de la bolsa de recambios, desenvainó el crys, e insertó la aguja en el hueco del veneno en la punta del cuchillo, allá donde en su tiempo se había alojado el nervio del gusano de arena. su brazo herido hizo dificultoso su trabajo. Se movió cuidadosa y lentamente, envolviendo con meticulosidad la aguja envenenada en un apretado rollo de fibra, formando un proyectil que se ajustaba perfectamente al tubo del snork de arena.
Sujetando el arma plana contra su pecho, Ghanma se arrastró hacia la luz, moviéndose lentamente para causar la mínima alteración en la alfalfa. Mientras se movía, estudió los insectos alrededor de la luz. Si, había moscas piume en aquel girante torbellino. Eran notorias picadoras. El dardo envenenado ni siquiera sería notado, tomado por una molesta mosca. La decisión a tomar era: ¿A cuál de los dos había que alcanzar... al hombre o a la mujer?
Muriz. El nombre saltó sin desearlo a la mente de Ghanima. Aquel era el nombre de la mujer. Recordó las cosas que había oído de ella. Era una de las que zumbaban en torno a Palimbasha como los insectos zumbaban en torno a la luz. Era una mujer débil, que se dejaba influenciar fácilmente.
Muy bien. Palimbasha había elegido la compañía equivocada aquella noche.
Ghanima llevó el tubo a su boca y, con el recuerdo de la sacerdotisa de Jowf límpido en su consciencia, apuntó cuidadosamente y expelió el aire con un fuerte soplido.
Palimbasha palmeó su mejilla, retirando la mano con un puntito de sangre en ella. La aguja ni siquiera pudo ser vista, echada a un lado por el mismo movimiento de la mano.
La mujer dijo algo para calmarlo, y Palimbasha se echó a reír. Y mientras reía, sus piernas empezaron a doblársele. Se derrumbó sobre la mujer, que intentó sujetarlo. Estaba aún vacilando bajo aquel peso muerto cuando Ghanima llegó a su lado y oprimió la punta del crys contra su costado.
En tono conversacional, Ghanima dijo:
- No hagas ningún movimiento inesperado, Muriz. Mi cuchillo está envenenado. Y ahora ya puedes soltar a Palimbasha. Está muerto.



jueves, 6 de octubre de 2005

Y más buenas noticias...

Siguen las "buenas noticias".

Ayer me llamó EmeA. Para decirme que la dueña del piso le había llamado... después de la reunión extraordinaria de la junta de propietarios, para decirle que estaba enfadada, porque le habían contado el episodio del hurón y la policía. Que el viernes irían los pintores del seguro. Que los del seguro le habían dicho que la campana se había incendiado porque estaba demasiado sucia, que teníamos que cuidar más el piso si queríamos que nos renovara el contrato dentro de unos días, cuando venza, y que todo lo que se haya dejado el otro inquilino tenía que estar fuera del piso (incluido un sofá-cama semi-nuevo) antes del domingo, y las llaves nos las tenía que devolver YA.

A ver qué historia le cuento del hurón, porque ya vió un comedero y dos sacos de comida para gatos y me inventé la historia de que había tenido una novia que se había traido el gato durante unos días y lo había tenido en la terraza, y le dejé caer que unos amigos suyos le habían dicho que le iban a regalar un hurón... y cómo se puso "porque los hurones manchan mucho, porque rompen mucho, blablabla". Enfin, es una persona razonable con la que uno puede hablar y llegar a un acuerdo, cosa muy rara de encontrar actualmente.

Con respecto a la campana, bueno, la limpié por última vez hace unos dos meses, no creo que estuviera TAN sucia... aparte que ya le dije hace tiempo que como soy la única que limpia en la casa, pues lo hago cuando tengo ganas, para que no nos coma la mierda, y me dijo que lo comprendía, que muy bien.

El inquilino me había dicho que si quería algo, ya me llamaría por teléfono para quedar para recoger lo que echara en falta de lo que se había dejado, y ayer, a EmeA, va y le dice que TODO se podía tirar (el comedero de los hurones, la bicicleta, los dos sacos de comida para los hurones, todo lo del cuarto de baño, la comida...) ¿No era que no tenía dinero? Joder, cualquiera lo diría, si va a tener que comprarse hasta una caseta nueva para el hurón...
Que lo sentía mucho, que lo sentía mucho... pero mecaguenlaostiaputaya, podría haberlo pensado antes... coponbenditoya la poca cabeza que tienen algunos, ¡Joder!

Ah, si, también le dijo la dueña a EmeA que los del seguro le habían dicho que habría que cambiar también los armarios de encima de la campana extractora. Chachi... Siempre que los cambie el seguro también... que ya veremos.
Mi madre está empeñada en que nos ve en la calle, porque los armarios de parte de la cocina y la campana extractora le costaron más de medio millón de pesetas... y no tenemos tanto dinero para pagarlo en caso de que haya que pagarlo de mi bolsillo, que ella aún está pagando la hipoteca... y lo que le queda.

Insisto, acepto donaciones.
¡Argh!
>.<

Edit:

Bueno, ha vuelto a llamarme EmeA. Resulta que le ha vuelto a llamar la dueña del piso, para preguntar por el hurón, o yo que sé qué, (Eme, ¿Para qué te ha llamado la dueña?), y ha acabado diciéndole que ayer llamó enfadada, que hoy estaba más tranquila, que sobre todo el problema era que su hijo (el de la dueña) se había enfadado mucho cuando había visto cómo estaba la habitación que el otro inquilino había dejado, y tal, y que qué habia pasado con el hurón. A lo que Eme le ha dicho que resulta que ya habían intentado regalarle un hurón hacía tiempo, pero que la anterior compañera de piso no se lo había permitido quedar, y que esta vez, por su cumpleaños (y después de "lo del gato de la novia" y que nos hubiera dicho la dueña del piso que "nos fuéramos buscando piso nuevo"), le habían regalado uno, que lo había tenido en la bañera, que Eme le había llamado a las 3 de la mañana para que lo sacara de allí y limpiara la bañera y lo había sacado a la terraza y a los pocos días había venido la policía a buscarlo porque se había quedado colgado, y que, como al fin y al cabo se iba a ir en poco tiempo, pues ya para qué montarle un pollo (y a mí el hurón me daba penita) más del necesario, que cogiera el montante cuanto antes y se pirara, y parece que la dueña lo ha aceptado. Ains...

Bueno, más tranquilidad por esa parte, ahora solo falta que el seguro cubra también los muebles de la cocina... que ya veremos...

Dios, estoy MUY cansada...

demasiados nervios
demasiados nervios
demasiados nervios

Si salgo de esta, necesito una semana en un balneario... o al menos un rato en uno de esos "balnearios de ciudad", a ver si me quito los nervios de encima...
Me conformo incluso con una tarde rodeada de gente hablando de trivialidades estúpidas (nada de arreglar el mundo, porfavor)...

De momento, me conformaría con que alguien me regalara algo que golpear (no EmeA, no pienso golpearte a tí, no eres un ser inanimado). O un espacio insonorizado para poder gritar a gusto.

ARGH!

lunes, 3 de octubre de 2005

Así ha quedado...

Bueno, pues este es el aspecto que presenta actualmente la campana extractora de mi cocina.






Ya he limpiado parte del desastre, sin embargo, aún queda cambiar la campana extractora (más limpiar la suciedad que eso genere), limpiar las paredes (que aparte de que ya les tocaba, han adquirido un curioso color grisáceo).
Además, el dueño de los hurones ya no vive con nosotros, y, porfín, se ha llevado a los hurones (unos animales encantadores, aunque, no siendo míos, no tenía porqué cuidarlos), y la dueña del piso se ha empeñado en limpiar ella misma la habitación. He conseguido hacer colar los arañazos en el suelo como raspadas de mover muebles y ella se ha empeñado en lijar y barnizar el suelo (de madera) ella misma (gracias a Diso, la noche anterior había logrado quitar las mierdas de hurón del suelo de la habitación y de la terraza (me alegré tanto de que se llevara los hurones antes de que llegara la dueña que le dije que no se preocupara, que ya lo limpiaba yo). Sin embargo, no se llevó el comedero, ni las mantitas de los hurones, ni la caseta de gomaespuma del hurón, ni los sacos de comida para los hurones que tenía, ni su bicicleta (que no ha usado en a saber cuánto tiempo, que de no usarla tiene las ruedas deshinchadas), sin embargo, sí se llevó las llaves, y eso que le había pedido que las dejara, pues la dueña me las iba a pedir.

Bueno, lo primero es lo primero, al pronto, ya se ha ido el moroso (quedar bien no cuesta nada, y ya me pidió un número de cuenta para ir ingresando el dinero que nos debe, a saber si al final ingresará algo). A ver si la aseguradora paga el cambio de campana extractora, porque sino no se cuánto podría costarme. La dueña del piso ha pensado en quedarse la bici hasta que nos devuelva el dinero que nos debe, pero visto el uso que le da, y que no se la ha llevado ya junto con el resto de sus cosas, no creo que le importe mucho...

Ahora lo que queda es limpiarlo todo (esta semana imposible, pues tengo vacaciones y me voy al pueblo), y ya de paso, haré limpieza a fondo. Luego me tengo que agenciar una estantería desmontable (o mejor dos), ya que en la habitación grande resultaría poco práctico utilizar la misma disposición de muebles que tengo ahora (con una estantería dividiendo la habitación en dos, y así la puedo aprovechar por los dos lados) y la habitación grande no tiene ni un solo estante extra. Aunque tiene un armario ropero bastante grande, así podré tener toda mi ropa en mi habitación, en vez de tenerla en el comedor como hasta ahora :D
Pensándolo bien, con dos estanterías más, tendría el cuarto mucho más ordenado, sin necesidad de tener pilas de tebeos y libros por el suelo, y podría (porfin) sacar las bolsas con figuritas y chorraditas varias que tengo aún sin sacar.

Bueno, muchas gracias a todos los que me habéis deseado que no me hubiera pasado nada ^_^

¡Hasta la semana que viene!

sábado, 1 de octubre de 2005

El coloso en llamas... o casi

Bueno, a ver si soy capaz de hilar las ideas coherentemente.

Hoy tenía el día libre en el supermercado, pero trabajaba en el hotel por la noche. Así que me he dedicado a vaguear prácticamente todo el día... aunque más me valía haber estado trabajando o durmiendo...

A eso de las 8 de la noche, me ha dado por hacerme unas alitas de pollo para llevármelas al hotel para cenar, he dejado el aceite a calentar y me he puesto a hacer cosas por la casa mientras se calentaba. Se me ha ido completamente de la cabeza que tenía la sartén en el fuego... hasta que ha llegado el humo al comedor. Pero claro, para cuando he visto el humo, ya era tarde, obviamente. La sartén tenía unas llamas de unos 35 cms de alto que llegaban a la campana extractora, que ya estaba negrísima. Una cantidad de humo horrible. Yo que veía que la campana extractora empezaba a prenderse fuego y empezaba a ponerme nerviosa, y lo único que se me ocurrió era quitar la sartén del fuego, pero luego no se me ha ocurrido qué hacer con ella, y en el ínterin, seguía ardiendo, pero he derramado un poco del aceite y una gota me ha dado en un dedo, aunque de puros nervios, he estado mucho, mucho rato sin notarlo, aunque ahora escuece un montón, en cuanto hay un poco de calor ambiente. Bueno, tenía la sartén en la mano, y no sabía qué hacer con ella, excepto volverla a poner debajo de la campana extractora, así que la he vuelto a poner ahí. Justo en ese momento he caído en la cuenta de que aún estaba encendido el fuego, así que lo he apagado (es de gas la cocinilla, así que enseguida ha dejado de añadir calor al fuego) y me he puesto a buscar algo con que apagar el fuego de la sartén, pero se me ha ocurrido la (pésima) idea de que la campana extractora podría sacar calor, así que he intentado encenderla, momento en el cual (por suerte, miedo me da pensar en las alternativas) la luz ha saltado. Al final, después de probar con un par de cosas que no cubrían la sartén por completo y que por tanto no conseguían apagar el fuego, lo he conseguido apagar con una sartén más grande. Pero la campana extractora seguía ardiendo, y yo ya no sabía qué hacer, así que he salido a la escalera (que no ha tardado nada en llenarse de humo, y yo ya tenía ataques de tos, así que he cogido el primer trapo que he encontrado, lo he mojado y me lo he puesto a la nariz y la boca), y lo único que se me ha ocurrido ha sido ir a casa del presidente de escalera, a ver si él sabía qué hacer, pero por el camino, afortunadamente, me he encontrado con unos vecinos que bajaban, que se han ofrecido a llamar a los bomberos. Al final resulta que ha llamado al 112, pero no han cogido el teléfono... :/
El vecino me ha dicho (porque le he dicho que como era un aparato eléctrico no me atrevía a echar agua para apagar el fuego) que como había saltado el diferencial, que no había peligro, que probara de echarle un poco de agua a ver si se apagaba. Lo he hecho y se ha apagado enseguida, aunque ya estaba destrozada, porque mientras estaba intentando apagar la sartén, las piezas de plástico que sujetaban algunas cosas de la campana, se habían derretido y se habían caído algunas piezas. El resto estaba ardiendo. En resumen, mi campana extractora había ardido, había saltado la luz, el piso estaba lleno de humo (casi no se podía ni respirar, gracias por haberme acordado de lo del trapo humedecido) a pesar de haber abierto ya hacía un rato las ventanas, en el 112 no cogían el teléfono, no me cogía el teléfono la dueña del piso, ni casi nadie más que he intentado llamar, en poco rato tenía que irme a trabajar, y yo aún estaba sin vestir (y sin luz...), así que, como he podido, he cogido ropa y me la he puesto, con todos mis nervios, como he podido.

En el metro he descubierto que me había puesto la camista del revés (con las costuras hacia afuera). Sin cenar, sin haber preparado cena, etc. Enfin...
Finalmente he conseguido hablar con la dueña del piso, le he explicado cómo estaba la cosa, y me he ofrecido a pagar los gastos que ello ocasionara. Que pueden ser muchos, o pueden ser más, depende de si por el incendio ha sido afectada la instalación eléctrica o no...

Enfin.

Gracias a mis vecinos por ser tan majos.
Gracias EmeA por intentar tranquilizarme.
Gracias Raul por pasarme el monitor (aún no lo he probado, lo confieso).
Gracias ^0-Zone^ por leer mi blog, creía que no lo conocías ;).

Ains...

Se aceptan donaciones, aunque sean de céntimos de euro.
Dios, si encontrara el tiquet, podría devolver la grabadora de dvds que me compré anteayer y así tendría 50 euros más...
Tengo ganas de gritar! ARGH! >.<
Bueno, por lo menos yo he salido bien librada, con tan solo una pequeña quemadura en un dedo, aunque mi economía no ha salido (o más bien saldrá) tan bien parada... :¨(