viernes, 3 de febrero de 2006

Bosque en invierno

Hace poco viento a pesar del tiempo que es, pues las copas de los árboles son densas. Hayas y algún roble. Aunque también hay pinos y algún abeto. Hace sol, pero aun con todo hay que ir bien abrigado. El suelo, a estas alturas ya no cruje con las hojas, pues continúan su proceso de convertirse en humus y la humedad ambiente propia de la época unido al hecho de que las hojas conservan bien la humedad de la tierra logran que el proceso de descomposición continúe poco a poco pero sin demora. Aún queda algo verde, o al menos algunas plantas que aún efectúan la fotosíntesis. Veo algunas florecillas moradas a ras de tierra, de las de bulbo, muy esparcidas, pero que resaltan mucho sobre el lecho de hojas marrones, un poco más arriba en la cuesta, siguiendo el camino, veo algunos arbustos raquíticos, todavía verdes. De vez en cuando se ve algún corrillo de robellones a los pies de algún pino, algunos boletus, unas pocas negrillas y carreretas esparcidas aquí y allá... Excepto mis pasos, está todo muy silencioso, apenas se escucha ni siquiera el canto de algún pájaro. Algún esparvel perdido y algún picapinos. Quizás alguna picaraza y algún cuervo...
Llegando a una especie de claro, pues no es propiamente un claro, sino una zona en que un roble muy viejo tiene las ramas con apenas cuatro hojas muertas aún pegadas a ellas, cuya copa es muy ancha y se ha hecho un gran hueco en la cúpula de copas del resto de los árboles, deja pasar una mayor cantidad de rayos de sol, que caen directamente sobre la sábana de hojas muertas, formando extraños dibujos de sombras cuando el aire mueve las ramas, e iluminando el cuarteado tronco del anciano árbol, dejando al descubierto las heridas y estragos que el tiempo ha hecho en su ancho tronco.
A pesar de la fecha, no hay nieve. Hace muchos años que no hace el suficiente frío como para que nieve, incluso a esta altura. Nieva muy raramente y poco, y la nieve permanece durante muy poco tiempo. Como es un paraje protegido por colinas por varios lados, la temperatura suele permanecer constante, lo que no contribuye especialmente a conservar la nieve. Aunque al menos a ratos hace el suficiente frío como para que aquellas plantas que necesitan de heladas para germinar puedan hacerlo.
Insectos a estas alturas del año diríase que no quedan en el monte, lo que contribuye a que la sensación de silencio sea aún mayor.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

He sentido un escalofrío por la espalda al leerte. Hasta me he obligado a apagar la música.

Anónimo dijo...

Me ha parecido muy bonito Bea.
Se notaba un pálpito dentro, era como si quisiese desflorar un recuerdo o un sentimiento por debajo de la descripción.

Se notaba que hablabas con conocimiento de lo que veias;
pero a la vez era similar a cuando a traves de un tapiz ves otra forma,la de un sentimiento a punto de desvelarse o la de un recuerdo asociado.

Muy agradable, has mejorado mucho desde aquel cuento perdido en la biblioteca de sabiñánigo :)

Anónimo dijo...

Hace poco viento a pesar de ser invierno...

Las colmenillas nacen en primavera y los robellones en otoño.

Ghanima Atreides dijo...

Tienes toda la razón del mundo. Fallo mío, gracias por la corrección :)