martes, 23 de mayo de 2006

Las piedras élficas de Shannara - Terry Brooks

Lejos, al oeste de Arbolon, más allá de la Línea Quebrada, se produjo una agitación en el aire. Apareció algo más negro que la oscuridad del temprano amanecer, retorciéndose en espirales y vibrando con la fuerza de un viento que parecía azotarlo. Durante un momento, el velo de negrura se mantuvo estable. Después se abrió, desgarrado por la fuerza de su interior. Detrás de la engrura impenetrable surgieron aullidos y chillidos, mientras docenas de miembros acabados en garras rasgaban y rompian la súbita brecha, estirándose hacia la luz. Después un fuego rojo estalló alrededor y las manos cayeron, deformadas y quemadas.
El Dagda Mor apareció produciendo un silbido de furia. Su Báculo de Poder desprendía vapor ardiente mientras apartaba con él a los impacientes y atravesaba con decisión la abertura. Un instante después, las figuras oscuras de la Parca y el Suplantador le siguieron. Otros cuerpos empujaban para salir, desesperados, pero los bordes de la raja se juntaron de inmediato, encerrando la negrura y a los que vivían en su interior. En pocos momentos la abertura desapareció del todo y el extraño trío quedó solo.
El Dagda Mor miró a su alrededor con cautela. Se encontraban en la sombra de la Línea Quebrada. El amanecer, que ya había roto la paz de los escogidos, era una débil luz en el cielo oriental por detrás de la monstruosa pared de montañas. Los altísimos picos cortaban el cielo como oscuros pilares, a lo lejos, en la desolación de las Planicies de Hoare. Las planicies se extendían hacia el oeste, desde la línea de montañas, como una tierra seca y estéril en donde la duración de la vida se medía en minutos y horas. Nada se movía sobre su superficie. Ningún sonido alteraba la quietud del aire de la mañana.
El Dagda Mor sonrió; los dientes ganchudos resplandecieron. Su llegada no había sido advertida. Después de tantos años, estaba libre. Una vez más estaba suelto entre los que le habían encerrado.
De lejos podría haber pasado por uno de ellos. Su aspecto era básicamente el de un humano. Caminaba erguido sobre dos piernas, y los brazos sólo eran un poco más largos que los de un hombre. Avanzaba, encorvado, con un peculiar movimiento por impulsos, pero las oscuras ropas que lo envolvían dificultaban la determinación de la causa. Sólo de cerca podía distinguirse la enorme joroba que deformaba su columna por encima de sus hombros. Y los grandes mechones de pelo verdoso que sobresalían de todas las partes de su cuerpo como parches de hierba. O las escamas que cubrían sus antebrazos o la parte inferior de las piernas. O las manos y pies terminados en garras. O el aspecto vagamente gatuno de su cara. O los ojos, negros y brillantes, con una engañosa placidez en su superficie, como dos estanques de agua idénticos que escondiesen algo maligno y destructivo.
Una vez visto esto, no restaba ya ninguna duda sobre la identidad del Dagda Mor. Lo que delataban estos rasgos no era un humano, sino un demonio.
Y el demonio odiaba. Odiaba con una intensidad que rayaba en la locura. Cientos de años de encierro en la cárcel oscura enterrada bajo el muro de la Prohibición dieron a su odio tiempo más que suficiente para alimentarse y crecer. Ahora le consumía. Era todo para él. Le daba poder y él usaría ese poder para aplastar a las criaturas que le habían causado tanto sufrimiento. ¡Los elfos! Todos los elfos. Y ahora ni siquiera eso lo dejaría satisfecho; ahora no, después de tantos siglos apartado de este mundo que en otra época había sido suyo; confinado en ese limbo informe e inanimado de oscuridad interminable, de lenta y dolorosa inactividad. No, la destrucción de los elfos no sería suficiente para reparar la humillación que había sufrido. También los otros deberían ser destruídos. Hombres, enanos, trolls, gnomos, todos aquellos que formaban parte de la humanidad que tanto detestaba; las razas de la humanidad que vivían en su mundo y se habían apoderado de él.
La venganza llegaría, pensó. De la misma forma que había llegado su liberación. Podía sentirlo. Había esperado siglos, retenido por el muro de la Prohibición, probando su resistencia, tratando de encontrar una debilidad, sabiendo que algún día empezaría a fallar. Y ahora ese día había llegado. Ellcrys se estaba muriendo. ¡Ah, qué dulces palabras! ¡Deseaba decirlas en voz alta! ¡Se estaba muriendo! ¡Se estaba muriendo y ya no podría seguir manteniendo la Prohibición!
El Báculo de Poder refulgía incandescente en su mano al tiempo que el odio lo colmaba. La tierra bajo la punta del bastón quedó carbonizada. Con un esfuerzo se serenó y el báculo se enfrió de nuevo.
Durante un tiempo, desde luego, la Prohibición se había mantenido firme. El desmoronamiento no se produciría de un día para otro, ni probablemente en varias semanas. Incluso la pequeña brecha que había logrado abrir requirió un poder enorme. Pero el Dagda Mor poseía un poder enorme, más poder que cualquiera de los que estaban aún atrapados bajo la Prohibición. Él era el jefe de todos; su palabra los gobernaba. Algunos lo habían desafiado durante los largos años de destierro; sólo algunos. Los había aniquilado. Había dado con ellos un triste ejemplo. Ahora todos le obedecían. Le temían. Pero compartían su odio por lo que les habían hecho a ellos. Y también alimentaban ese odio, que los había conducido a una necesidad furiosa de venganza, y cuando al fin fuesen liberados, esa necesidad tardaría mucho, mucho tiempo en ser compensada.
Pero, por ahora, debían esperar. Por ahora, debían tener paciencia. No tardaría mucho. La Prohibición se debilitaría un poco más cada día, desmoronándose a medida que Ellcrys fuese muriendo. Sólo una cosa podría evitarlo: un renacimiento.
El Dagda Mor asintió para sí. Conocía bien la historia de Ellcrys. ¿No había estado prseente la primera vez que ésta vio la vida, cuando expulsó a sus hermanos y a él mismo del mundo de luz a la prisión de oscuridad? ¿No había presenciado cómo su brujería los había vencido, una bruería tan potente que incluso podía superar a la muerte? Y sabía que la libertad aún podía serle arrebatada. Si uno de los escogidos lograba llevar una semilla del árbol a la fuente de su poder, Ellcrys podría renacer y la Prohibición sería invocada de nuevo. Sabía eso, y por ello estaba aquí ahora. No contaba con ninguna seguridad de poder romper el muro de la Prohibición. Fue una apuesta peligrosa emplear tanto poder en el intento, porque, de haber fracasado, se habría quedado tremendamente débil. Tras el muro existían otros casi tan poderosos como él. Habrían aprovechadola oportunidad para destruirlo. Pero la apuesta era necesaria. Los elfos todavía no se daban cuenta del alcance del peligro. De momento, se sentían seguros. No creían que nada dentro de los confines de la Prohibición poseyera un poder suficiente para atravesarla. El error lo descubrirían tarde. Para entonces, ya se habría asegurado de que Ellcrys no volvería a renacer y de que la Prohibición no sería restaurada.
Ésa era la causa por la que había hecho que los otros dos lo acompañasen.
Ahora les dirigió una mirada. Encontró al Suplantador a su lado, soportando en su cuerpo una transición contínua de colores y formas mientras experimentaba copiando a los seres vivos que había encontrado allí: en el cielo, un halcón al acecho y un pequeño cuervo; en la tierra, una marmota, una serpiente, un insecto de múltiples patas y un par de pinzas, siempre algo nuevo, y en una sucesión tan rápida que a los ojos les costaba seguirlo. Porque el Suplantador poía ser cualquier cosa. Encerrado en la oscuridad con sólo sus hermanos como modelos, sus poderes habían quedado mermados, prácticamente destruídos. Pero aquí, en este mundo, las posibilidades eran interminables. Todo, ya fuese humano o animal, pez o ave, no importaba el tamaño, la forma, el color o su capacidad, podía ser suplantado por él. Ni siquiera el Dagda Mor estaba seguro del verdadero aspecto del Suplantador; la criatura estaba tan orgullosa de adoptar otras formas de vida que pasaba casi todo el tiempo siendo algo o alguien distinto de quien era en realidad.
Un don extraordinario, pero lo poseía una criatura cuya capacidad para el mal casi se igualaba con la del Dagda Mor. El Suplantador también era de naturaleza demoníaca. Era egoísta y malévolo. Disfrutaba con el engaño, disfrutaba hiriendo a los demás. Siempre fue enemigo del pueblo elfo y sus aliados, los despreciaba por su devota preocupación por el bienestar de las formas de vida inferiores que habitaban en el mundo. Las criaturas inferiores no significaban nada para el Suplantador. Eran débiles, vulnerables, merecían ser utilizadas por seres superiores, seres como él. Los elfos no eran mejores que las criaturas a las que protegían. Tampoco eran capaces de engañar. Estaban atrapados en lo que eran; no podían ser nada más. Él podía ser lo que deseara. Despreciaba a todos. No tenía amigos. No los quería. Ninguno excepto el Dagda Mor, ya que el Dagda Mor poseía lo único que respetaba: un poder mayor que el suyo. Por eso, y sólo por eso, el Suplantador le servía.
El Dagda Mor tardó un poco más en localizar a la Parca. Finalmente la encontró a no más de diez metros, inmóvil, poco más que una sombra en la pálida luz del alba, como un fragmento más de la noche que se desvanecía confundiéndose con el gris de las planicies. Envuelta de la cabeza a los pies con sus ropas cenicientas, la Parca era casi invisible, con el rostro oculto por la sombra de una amplia capucha. Nadie había mirado su rostro más de una vez. La Parca sólo permitía eso a sus víctimas, y sus víctimas estaban todas muertas.
Si se consideraba peligroso al Suplantador, la Parca lo era diez veces más. La Parca era una asesina. Matar era la única función de su existencia. Era una criatura enorme, con fuertes músculos y de más de dos metros cuando se erguía en toda su estatura. Sin embargo, su tamaño era engañoso, proque no era pesada en absoluto. Se movía con la agilidad y la gracia del mejor cazador elfo. Cuando iniciaba una caza, nunca la abandonaba. Nada que persiguiese escapaba jamás de ella. Incluso el Dagda Mor se mostraba precavido, aunque la Parca no poseía su poder.
La razón era que la Parca le servía por voluntad propia, no porque le temiese o respetase como los otros. Era un monstruo que no daba importancia a la vida, ni siquiera a la suya. No mataba por placer, aunque en verdad lo sientiera. Mataba porque era institntivo en ella. Mataba porque le era necesario. A veces, en la oscuridad de la Prohibición, apartada de todas las formas de vida excepto de las de sus hermanos, había sido casi incontrolable. El Dagda Mor se vió obligado a ofrecerle demonios menores para que los matase, sometiéndola a su control con una promesa. Cuando estuviesen libres de la Prohibición, y un día lo estarían realmente, la Parca podría disponer de todas las criaturas del mundo que capturara. Podría perseguirlas todo el tiempo que quisiese. Al final, podría matarlas a todas.
El Suplantador y la Parca. El Dagda Mor había escogido bien. Uno sería sus ojos, otro sus manos; ojos y manos que se introducirían en el corazón del pueblo elfo y acabarían para siempre con la posibilidad de que Ellcrys pudiera renacer.
Dirigió una aguda mirada hacia el este, donde el borde del sol matutino se elevaba con rapidez por la cresta de la Línea Quebrada. Era el momento de partir. Por la noche tendrían que estar en Arbolon. También esto lo había planeado con cuidado. El tiempo era muy valioso; no podían perderlo si pretendían coger a los elfos desprevenidos. Ellos no deberían enterarse de su presencia hasta que fuese demasiado tarde para actuar de cualquier forma.
Haciendo una seña rápida a sus compañeros, el Dagda Mor dio la vuelta y se encaminó con paso desgarbado hacia el resguardo de la Línea Quebrada. Cerró los ojos con expresión de placer al saborear en su mente el éxito que esa noche le aportaría. Después de esa noche, los elfos estarían dominados. Después de esa noche, no tendrían más remedio que contemplar cómo su amada Ellcrys sucumbía sin la menor esperanza de un renacimiento.

domingo, 21 de mayo de 2006

-F-A-U-S-T-O- ERIC - Terry Pratchett

Era una tarde calurosa de finales de verano en Ankh-Morpork, normalmente la ciudad más próspera, bulliciosa y sobre todo más poblada del Disco. Ahora las saetas del sol habían conseguido lo que nunca antes consiguieron incontables invasores, diversas guerras civiles ni la ley del toque de queda. Habían pacificado el lugar.
Había perros tirados y jadeando a la sombra abrasadora. El río Ankh, que nunca se habría podido decir que resplandeciera, rezumaba entre sus orillas como si el calor le hubiera absorbido todo el espíritu. Las calles estaban vacías y calientes como los ladrillos de un horno.
Ningún enemigo había conquistado nunca Ankh-Morpork. Bueno, técnicamente sí, bastante a menudo. La ciudad daba la bienvenida a los invasores bárbaros despilfarradores, pero por alguna razón los perplejos conquistadores siempre acababan descubriendo, pasados unos días, que ya no eran propietarios de sus caballos,y al cabo de un par de meses que ya no eran más que otro grupo minoritario con sus graffiti y sus tiendas de comida propias.
Pero el calor había asediado la ciudad y había rebasado sus muros. Yacía extendido como una mortaja sobre las calles reverberantes. Bajo el soplete del sol los asesinos estaban demasiado cansados para matar. Los ladrones se volvían honestos. En el refugio cubierto de hiedras de la Universidad Invisible, la principal escuela de magia, los internos dormitaban tapándose la cara con sus sombreros puntiagudos. Hasta los moscardones azules estaban demasiado agotados para chocar con los cristales de las ventanas. La ciudad hacía la siesta, esperando la puesta de sol y el respiro breve, caluroso y aterciopelado de la noche.
Solamente el Bibliotecario se mantenía fresco. Además estaba colgado y balanceándose.
Esto se debía a que había instalado unas cuantas sogas y anillas en uno de los subsótanos de la biblioteca de la Universidad Invisible, aquel en que se guardaban los libros, ejem, eróticos.* En cubas de hielo picado. Y él estaba suspendido lánguidamente en medio del vapor helado que se elevaba de ellas.
Todos los libros de magia tienen vida propia. Para algunos de los que tienen más energía no basta con encadenarlos a las estanterías. Hay que asegurarlos con clavos o guardarlos entre láminas de acero. O en el caso de los volúmenes sobre magia sexual tántrica para expertos exigentes, guardarlos dentro de agua muy fría para evitar que se inflamen espontáneamente y calcinen sus cubiertas absolutamente vulgares.
El Bibliotecario se mecía suavemente de adelante hacia atrás sobre las cubas burbujeantes y dormitaba apaciblemente.
Fue entonces cuando surgieron los pasos de la nada, cruzaron a toda velocidad la sala haciendo un ruido que raspaba directamente sobre el alma y desaparecieron a través de la pared. Se oyó un grito débil y lejano que parecía decir: <<¡Ohdiosesohdiosesohdioses, ya ESTÁ, voy a MORIR!>>.
El Bibliotecario se despertó, se soltó accidentalmente y cayó en picado sobre las escasas pulgadas de agua tibia que eran todo lo que separaba El goce del sexo tántrico con ilustraciones para estudiantes avanzados, firmado por Una Dama, de la combustión espontánea.
Y lo habría tenido mal de ser humano. Por suerte, en su estado presente el Bibliotecario era un orangután. Con tanta magia en estado puro campando a sus anchas por la biblioteca, sería sorprendente que no hubiera accidentes de vez en cuando,y uno especialmente espectacular lo había convertido en simio. No mucha gente tenía la oportunidad de abandonar la especie humana sin perder la vida, y desde entonces él había rechazado enérgicamente todos los esfuerzos para hacerlo regresar a su antigua forma. Como era el único bibliotecario del universo que podía coger libros con los pies,la universidad no había insistido sobre el tema.
Aquello también comportaba que su idea de una compañía femenina deseable ahora se pareciera más bien a un saco de mantequilla embutido en un rollo de neumáticos viejos, así que tuvo suerte de salir únicamente con quemaduras leves, dolor de cabeza y unas ideas algo ambivalentes sobre los pepinos, que se disiparon a la hora de la merienda.
En la biblioteca, por encima de él, grimorios chirriaron y agitaron las páginas con asombro mientras el corredor invisible atravesaba las estanterías y desaparecía, o, mejor dicho, desaparecía todavía más...

* Solamente eróticos. No guarros. Es la diferencia entre usar una pluma y usar un pollo.

Primera muela, ¡Fuera!

Ayer, día 19 de Mayo, tenía la vez para, por fin, sacarme una de las molestísimas muelas del juicio (y si alguien sabe decirme por qué se las llama "del juicio" que me lo explique, porque no le encuentro sentido alguno).
Llegué a la clínica con unos nervios horribles. Tantos, que por más tranquila que intentara estar, nada más ponerme los primeros pinchazos de la anestesia, mientras esperabamos a que empezara a hacerme efecto para ponerme los otros y así dormirme completamente toda una parte de la mandíbula, me entró el tembleque, y a ratos no paraba de temblar, de puros nervios, lo mismo que durante los días anteriores me despertaba con los dientes bien pretos, o me sorprendía a mí misma en cualquier momento del día apretando los dientes. Nervios. Puros y duros nervios. Pero sin ningún fundamento, afortunadamente. Ni siquiera sentí el pinchazo de la aguja en ningún momento, tan solo la sensación de que había "algo" ahí. Y nada más. Bueno, sí, cuando la ayudante ponía el espejito ese para separar la mejilla de la mandíbula para que el médico pudiera trabajar bien, se notaba, así como cuando hacía fuerza para sacar la muela con el forceps también se notaba que había algo tirando por ahí, pero dolor no se notaba en absoluto, ni molestia ninguna. Eso sí, encontré el techo muy interesante, todo blanco, a cuadrados y con una rejilla de ventilación en uno de los cuadrados que me quedaban dentro de la vista entre la cabeza de la ayudante y la cabeza del médico. Resumiendo, me pegué una hora contemplando el techo, apretando las manos de puros nervios y con la boca abierta y un tío (muy simpático, eso si) asomado y hurgándome en la muela. Después de sacarme la muela me puso un par de puntos y ya me fui en dirección a mi ambulatorio para pedir el papelito de la baja (sí, en mi curro no basta un justificante médico, te tienen que dar la baja, aunque solo sea para ir a una consulta, porque si no luego tienes que recuperar las horas) aún con el efecto de la anestesia durmiéndome todo un lado de la boca, no sin antes despedirme con las recomendaciones de rigor, a saber:

- no fumes, al menos hasta mañana, que el humo con la cantidad de porquerías que lleva te puede infectar la herida.
- no te enjuagues la boca en un par de días, para que se cierre bien la herida.
- no comas cosas calientes. Aparte de por la sensibilidad de la herida, supongo yo que sería por aquello de que el calor dilata la materia y sería como abrir el grifo de la sangre.
- si te duele, tómate esto
- tómate este antibiótico para prevenir infecciones
- tómate este antiinflamatorio
- toma alimentos blandos

etc etc

Después de ir dos semanas antes, o así, al ambulatorio y preguntar cómo lo tenía que hacer para ir a por la baja, decirme que tenía que pedir cita para mi médico porque el día de la extracción mi médico no tenía visitas y el médico de guardia sólo podía darme un justificante, llego, me dice la chica que había en información que pasara al médico de guardia, y éste va y me echa la bronca por pedirle el justificante que (según averigüé después de la visita anterior al ambulatorio) no me servía para nada en el trabajo, va y me da directamente el parte de baja (y el alta ya puestos) y yo flipando en colorines.

Enfin.

Luego llego a casa, y descubro que la lavadora se ha estropeado. Yupi. Se ha salido el agua. No mucha, pero la suficiente como para remojar un poco el suelo y que no se hubiera secado desde que me fui de casa, a las 10 de la mañana (a todo esto son ya la 1:30 pasadas del mediodia). Llamo a la dueña del piso y no la cojo en casa, así que le dejo un mensaje en el contestador contándole eso y que el otro día mi compañero de piso puso una lavadora y resulta que no le centrifugó, así que salió la ropa chorreando. Al rato llama y me dice que como se trata de quedar con el técnico, que llamemos nosotros al servicio técnico (hasta me ha buscado el número) y quedemos con ellos para que vengan a casa, que no sabe nuestros horarios para poder quedar con ellos. Así que hasta el lunes no podré llamar (si me acuerdo de llamarles el lunes, que ésa es otra). He tenido que usar la lavadora, y hace unos ruidos rarísimos. Enfin.
En el ínterin, descubro que los puntos tiran, así que no puedo hablar mucho (menos mal que me han dado la baja, estar en caja con esto tiene que ser horrible), ni reírme, ni abrir mucho la boca (otro impedimento a la hora de comer)... ni fumar para calmar los nervios de "que no se me infecte", "que no se me abran los puntos", "que no me duela"...

Y así llevo dos días, con la boca cerrada todo el tiempo que puedo, y procurando toser y estornudar lo mínimo (que entonces sí que duelen los puntos), que me ha pillado en mitad de un catarro >.<

¿Y a qué viene tanto rollo?
Simple. Después de daros la brasa con lo que me dolían las muelas del juicio quería daros la buena noticia de que por fin me he sacado una. Y de paso dar un poco de tranquilidad (si les tranquiliza esto) a todos aquellos que han llegado a este blog buscando en los correspondientes buscadores de internet "muelas del juicio". Que no duele, que no pasa nada, que después tampoco duele, y que con las debidas precauciones, tampoco tiene por qué infectarse. Ánimo a todos los que se tengan que quitar una muela del juicio, que no pasa nada. Os lo asegura alguien que le tenía mucho miedo al proceso de extracción y ya ha pasado por ello.

Besos a todos

(Otro rato/día pongo una afoto de la muela extraída... a no ser que me pidais que no la ponga, claro)

viernes, 12 de mayo de 2006

El Sueño de una Noche de Verano - William Shakespeare

Se encuentran DUENDE y un HADA

DUENDE.- ¡Qué tal, espíritu! ¿Adónde te diriges?
HADA.- Por la colina, por el valle,
Cruzando arbustos, cruzando zarzas,
Por los parques, por los claros,
Cruzando arroyos, cruzando fuego,
Voy errante por todas partes,
Más rápida que las esferas de la Luna,
A rociar sus órbitas sobre el verde.
Las altas prímulas son sus huéspedes,
Con sus abrigos dorados la puedes ver:
Ésos son rubíes, favores de las ahdas,
En esas pecas viven sus sabores.
Debo ir a buscar algunas gotas de rocío
Y colgar una perla de la oreja de cada prímula.
Que os vaya bien, cabildo de espíritus: mevoy,
Nuestra reina y todos sus elfos vienen aquí.

DUENDE.- El rey celebra sus festividades aquí esta noche. Ten cuidado de que la reina no lo descubra.
Porque Oberón está bien colérico y airado, porque ella y sus sirvientes han robado un adorable muchacho a un rey indio: nunca tuvo ella un niño tan dulce. Y el celoso Oberón quiere tener al niño como caballero de su séquito, para rastrear los salvajes bosques. Pero ella, por fuerza, retiene al amado niño, le corona con flores y le hace toda su alegría. Y nunca se encuentran en un bosquecillo o en una pradera, junto a una fuente clara, o bajo la luz de relucientes estrellas, sino que lo hacen abiertamente, de tal forma que todos los elfos, por miedo, se deslizan por cáscaras de bellota y allí se esconden.
HADA.- O bien yo confundo tu forma totalmente o bien eras ese maligno y rebelde elfo llamado Robin de Jovial. ¿No eres tú el que asusta a las doncellas de la villa, roba la grasa de la leche y alguans veces trabaja en el molino, e inútilmente hace al ama de casa sin aliento batir, y alguna vez hace que la bebida no fermente, y confunde a los caminantes nocturnos, riéndose de su daño? Esos que te llaman dulce Duende, tú haces su trabajo y ellos a cambio tienen buena suerte. ¿No eres ése?
DUENDE.- Habláis bien; yo soy el alegre vagabundo de las noches. Gasto bromas a Oberón y le hago sonreír cuando engaño a un caballo gordo lleno de habas, relinchando igual que una potra, y algunas veces me escondo en el cuenco de un cotilla, igual que un cangrejo asado y, cuando bebe, contra sus labios soplo y en su marchita papada le derramo la cerveza. La más sabia tía, contando el cuento mást riste, algunas veces me ha confundido con un taburete de tres patas: luego me deslizo yo de su trasero, abajo se viene ella; un <>, grita ella, y comienza a toser; después el coro entero cogiéndose por las caderas ríe y se desternillan de alegría, y estornudan y juran que una hora más feliz nunca se pasó allí. Pero espera, hada, aquí viene Oberón.
HADA.- Y aquí mi señora. Desearía que él se fuera.

El claro se plaga de repente de hadas: OBERÓN y TITANIA se encuentran de cara.

OBERÓN.- Nos encontramos a la luz de la Luna, orgullosa Titania.
TITANIA.- ¡Qué, celoso Oberón! Las hadas se van de aquí; he renunciado a su cama y su compañía.
OBERÓN.- Espera. ¿No soy yo tu señor?
TITANIA.- Entonces yo debo ser tu señora; pero sé cuándo te has escapado de la tierra de las hadas, y en forma de Coridón estuviste sentado todo el día, tocando cañas de maíz y versando tu amor a la amorosa Fillida.
¿Por qué has venido aquí desde las más lejanas estepas de la India? En verdad, porque la intrépida amazona, vuestra señora con botas y vuestro guerrero amoroso, con Teseo debe casarse, y tú vienes a dar a su lecho felicidad y prosperidad.
OBERÓN.- ¿Cómo podéis, sin avergonzaros, Titania, hablar así de mi favor con Hipólita, sabiendo que yo sé lo de vuestro amor por Teseo? ¿No le condujiste tú en la brillane noche en su huída de Perigouna, a quien había raptado? ¿Y le hiciste romper su lealtad con la bella Aegles, con Ariadna y Antiope?
TITANIA.- Estas son las falsedades de los celos: nunca, desde el comienzo del solsticio de verano, nos hemos encontrado en la colina, en el valle, en el bosque o en el prado, junto a pavimentadas fuentes, o junto a rápidos regueros, o en las bordeantes playas del mar, para hacer bailar nuestros rizos al son del sibilante viento, sin que con tus bramidos molestaran nuestra diversión. Así pues, los vientos, soplándonos en vano, como en venganza, han absorbido de los mares nieblas contagiosas que, al caer sobre la tierra, han hecho sentir tan orgullosos a los inflados ríos que han rebosado sus continentes. El buey, pues, ha tirado de su yugo en vano, el labrador perdido su sudor y el verde maíz se ha podrido antes de que a su juventud le saliera barba; el redil permanece vacío en el ahogado campo y los cuervos están gordos de tanto rebaño muerto; la plazoleta donde jugaban los nueve hombres está cubierta de lodo y los extraños laberintos en las exuberantes praderas verdes por falta de pisadas son indistinguibles. Los mortales humanos echan de menos su comida del invierno; ninguna noche está ahora bendecida por villancicos o himnos; así pues la Luna, la gobernanta de los ríos, pálida por su ira, lava todo el aire, de forma que abundan las enfermedades reumáticas. Y a través de esta temperatura vemos las estaciones cambiar: escarchas de cabezas blancas caen en el fresco regazo de la rosa carmesí, y en la corona helada y fna del viejo Hiem un oloroso rosario de dulces yemas veraniegas están, como en broma, colocadas. La primavera, el verano, el refrescante otoño, el enfadado invierno, cambian sus habituales libreas, y el loco mundo, por su aumento, ahora no sabe quién es quién. Y esta misma progenie de males viene de nuestra disputa, de nuestra disensión: somos sus padres y su origen.
OBERÓN.- Arréglalo entonces. Está en tus manos ¿Por qué debería Titania contradecir a su Oberón? No hago sino rogar un pequeño muchachito, para que sea mi paje.
TITANIA.- Da descanso a tu corazón, la tierra de las hadas no es suficiente para comprarme a ese muchacho; su madre había hecho votos en mi oden, y en el aire indio lleno de especias, por la noche, muy a menudo cotilleó junto a mí y se sentó conmigo en las arenas amarillas de Neptuno, contemplando a los mercaderes embarcados sobre las aguas; cuánto nos reímos al contemplar las velas concebir e hinchar sus barrigas con el caprichoso viento; que ella, con su bello y flotante porte -su vientre entonces rico con mi joven escudero-, imitaba y navegaba por la tierra, para alcanzarme banalidades y volver de nuevo, como de un viaje con ricas mercancías. Pero ella era mortal y ese muchacho murió, y por ella educo yo al muchacho, y por ella no me separaré de él.
OBERÓN.- ¿Cuánto tiempo piensas estar en este bosque?
TITANIA.- Quizá hasta el día después de la boda de Teseo. Si tú pacientemente quieres bailar a nuestro alrededor y ver las fiestas a la luz de Luna , ven con nosotros; si no, apártate de mí y yo te evitaré a ti.
OBERÓN.- Dame a ese muchacho e iré contigo.
TITANIA.- No por tu reino de las hadas... ¡Hadas..., fuera! Nos pelearemos de mala forma, si me quedo más tiempo. (Titania parte enfadada con su séquito.)
OBERÓN.- Bien: sigue tu camino. No saldrás de este bosquecillo hasta que te atormente por este mal. Mi dulce duende, acércate. Te acordarás de una vez que me senté en un promontorio y oí a una sirena, a lomos de un delfín, emitiendo un hábito tan dulce y armonioso que el hosco mar se calmó al oír su canto. Y algunas estrellas saltaron locamente de sus esferas para oír la música de la doncella del mar.
DUENDE.- Lo recuerdo.
OBERÓN.- Aquella vez yo vi, pero tú no pudiste volar entre la fría Luna y la Tierra, a Cupido todo armado: apuntó a una bella vestal, entronizada pro el Oeste, y disparó su flecha de amor dulcemente con su arco, de forma que podría taladrar cien mil corazones; pero yo pude ver a la fiera flecha del joven Cupido apagada en los brillos de la acuosa Luna y la vestal imperial siguió, en meditación de doncella, libre de encanto. Sin embargo, me di cuenta yo de dónde se cayó la flecha de Cupido. Cayó sobre una pequeña flor de Occidente; antes, blanca leche; ahora púrpura por las heridas del amor, y las doncellas la llaman pensamiento. Alcánzame esa flor, su planta os la enseñé una vez. Su jugo, al caer sobre las pestañas de unos ojos dormidos, hará a hombre o a mujer locamente enamorarse de la siguiente criatura a la que vean. Cogedme esa hierba y estad de vuelta antes que el leviatán pueda nadar ni una legua.
DUENDE.- Os pondré una guirnalda alrededor de toda la tierra en cuarenta minutos. (Se va.)
OBERÓN.- Una vez en posesión de este néctar, buscaré a Titania cuando esté dormida y dejaré caer el jugo sobre sus ojos: la siguiente cosa que verá cuando despierte, ya sea un león, un oso, un lobo o un toro, o un mono presumido, o un ocupado simio, la perseguirá con el alma de amor. Y antes de que quite este encantamiento de sus vistas, ya que lo puedo quitar con otra hierba, le haré que me entregue a mí su paje. ¿Pero quién viene ahí? Soy invisible y escucharé su conversación.

miércoles, 10 de mayo de 2006

Gracias a Dios

Un conductor de camión que transporta 75 toneladas de nitroglicerina, cuando viaja en lo más alto de un puerto de montaña se da cuenta de que no tiene frenos y empieza a descender cada vez más rápido.

El camión va derrapando como si fuese una moto, esquivando como puede a los que vienen en dirección contraria. Va rebotando todo el rato, porque el pavimento de la carretera esta lleno de baches, y de vez en cuando choca ligeramente con el muro que hay al lado de la carretera.

El conductor intenta en vano encontrar algún desvío, y al final el camión se sale de la carretera por una curva que cae por un precipicio profundísimo.

El desgraciado conductor intenta quitarse el cinturón de seguridad, pero se ha atascado; mientras el camión va cayendo, se las arregla para cortarlo con una navaja que se le escurre entre los dedos varias veces, porque los tiene llenos de sudor. Intenta abrir la puerta, pero en uno de los choques contra el muro se ha deformado y es imposible moverla, así que agarra el extintor y
empieza a golpear el parabrisas; como es de vidrio muy resistente le cuesta mucho, pero al final consigue romperlo y salta.

Sin embargo, se engancha con los pantalones en uno de los hierros; intenta soltarse, pero es imposible, así que se los quita y por fin sale del camión.
A pesar de que no ve nada, porque ha perdido sus gafas, consigue agarrarse a una ramita.

En ese momento, el camión explota con tanta violencia que a su alrededor cae una lluvia de fragmentos ardiendo y se produce una avalancha encima suyo. El hombre aguanta como puede los golpes de las piedras en la cabeza, pero la ramita es demasiado pequeña y se desprende.

El camionero baja rodando por el barranco, golpeándose con todas las piedras, casi pierde el conocimiento, hasta que consigue agarrarse a un cactus y cree estar a salvo; sin embargo, debajo de esa rama hay una colmena.

Nuestro hombre es alérgico al veneno de las abejas, pero como no puede soltarse porque la caída seria mortal, aguanta impasible sus picaduras.

Transcurre un rato que le parece una eternidad hasta que oye unos gritos; le dicen que le han visto y que van a llamar a la policía y a servicios médicos para que le atiendan.

No hay ningún teléfono cerca, así que tienen que ir hasta el pueblo mas cercano, a 20 kilómetros de distancia; un atasco impide que la ayuda llegue pronto, y cuando llega la policía se dan cuenta de que van a necesitar cuerdas para llegar hasta él fondo para rescatarle, y vuelven a por ellas.

El camionero aguanta varias horas bajo el sol ardiente, que le produce quemaduras de tercer grado, pero al final es rescatado.
Entonces uno de sus salvadores le dice:

- Gracias a Dios se ha salvado.

- No, gracias a Dios no... me he salvado gracias a ese cactus, porque las intenciones de Dios estaban bien claras...

El señor de Lepe y el gato de su mujer

Un señor de Lepe odia al gato de su mujer y decide hacerlo desaparecer.

Lo mete en una bolsa y lo lleva en el coche a 20 kilómetros de su casa.

Cuando vuelve, el gato estaba sentado en el portón de la casa.

Nervioso, el de Lepe repite la operación, pero ahora lo abandona a 40
Kilómetros de su casa.

Cuando vuelve, el gato otra vez estaba esperándolo en el portón.

Ahora el de Lepe estaba furioso; agarra el gato, lo pone en él coche y
anda 10 kilómetros a la derecha, 20 a la izquierda, 30 hacia el norte,
y 25 hacia el sur. Suelta el gato y emprende el regreso a casa.

Al cabo de un rato, llama a su mujer por el móvil y le dice:

- Querida, ¿el gato está por ahí?

- Acaba de llegar, ¿por qué querido?

- Pon a ese hijo de puta al teléfono, que me he perdido.

¿Porqué se dice...?

Más chulo que un ocho

Se trata de una expresión muy castiza. Antiguamente en Madrid cuando aún había tranvías, era el tranvía número 8 el que llevaba a los chulapos y chulapas a la verbena.

Salvarse por los pelos

Antigüamente muchos marineros no sabían nadar. Era costumbre que se dejaran el pelo largo para que si caían a la mar los agarraran “por los pelos” para salvarlos.

¿De dónde viene el nombre de Paco?

Resulta que San Francisco de Asís era el “Pater Comunitatis“, es decir, el padre de la comunidad de hermanos o prior. Si tomamos la primera sílaba de cada palabra tenemos el famoso Paco…..

¿Por qué cuándo estornudamos decimos Jesús?

En la antigüedad se creía que las personas poseían malos espíritus en su interior. De esta forma, cuando se estornudaba se pensaban que los expulsaban. Para que el cuerpo quedase en calma se decía Jesús.

Quedarse sin blanca

La blanca era una moneda castellana de plata, que se acuñó por primera vez en tiempos de Pedro I (1334-1369).

Irse de picos pardos

El origen de esta expresión viene de la Edad Media, cuando a las prostitutas se les obligaba a llevar en las vestiduras un trozo de tela en forma de pico y de color marrón o pardo, de ahí que se diga “irse de picos pardos”.

¿De donde viene la expresión OK?

Durante la Guerra de Secesión, en los Estados Unidos, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, en una gran pizarra se escribía OK: cero killed (cero muertos). De ahí proviene la expresión “OK” que actualmente se usa para decir que “todo está bien”

¿De donde viene la costumbre de brindar?

La costumbre de chocar los vasos o copas cuando se bebe vino, proviene de las costumbres entre los romanos, quienes decían que al beber participaban del placer todos los sentidos excepto el oído; al chocar las copas o vasos del vino, el oído quedaba también incluido…

¿Por que hay siempre muchos tramos rectos en las carreteras americanas?

Según la Ley, las carreteras interestatales en los Estados Unidos requieren que una milla de cada cinco sea recta; estas porciones de carretera son útiles como pistas de aterrizaje para aviones en casos de emergencia o de guerra.

¿Por qué hay el doble de baños en el Pentágono

El Pentágono tiene el doble de baños de los necesarios: cuando se construyó, la ley requería de baños separados para blancos y negros.

¿De dónde viene el nombre de Pepe?

Antiguamente, en los conventos, durante la lectura de las Sagradas Escrituras, al referirse a San José, se decía ‘Pater Putatibus‘ (padre putativo) de Jesús y, por simplificar, ‘P.P.’ Así nació la costumbre de llamar ‘Pepe’ a quienes llevan por nombre “José”.

¿A quienes representan los reyes de la baraja francesa?

En la baraja, cada rey representa a un personaje importante de la Historia:

  • El Rey de Picas: al Rey David.
  • El Rey de Tréboles: a Alejandro Magno.
  • El Rey de Corazones: a Carlomagno.
  • El Rey de Diamantes: a Julio César.

Pasar un camello por el ojo de una aguja

En el Nuevo Testamento, en el Libro de San Mateo, leemos: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico entre en el Reino de los Cielos…”. El problemita es que San Jerónimo, al traducir el texto, interpretó la palabra kamelos‘ como camello, cuando en realidad su significado (en griego) es una soga gruesa con la que se amarran los barcos a los muelles. En definitiva, el sentido de la frase es el mismo pero, ¿cuál parece más coherente…?

El origen del nombre Yucatán

La zona de México conocida como Yucatán, fue nombrada así debido a que en la época de la Conquista, un español le preguntó a un indígena como llamaban ellos a ese lugar. El indio le respondió: “Yucatán”. Lo que el español no sabía era que el indígena estaba contestando: ”no soy de aquí…..

Varias curiosidades más

  • El músculo mas fuerte del cuerpo humano es la lengua.
  • Es imposible estornudar con los ojos abiertos.
  • La cucaracha puede vivir hasta 9 días sin su cabeza, antes de morir de hambre.
  • Los elefantes son los únicos animales en el mundo que no pueden saltar.
  • Una persona común ríe aproximadamente 15 veces por día
  • El 95% de las personas cree conducir mejor que cualquier otra.
  • Los mosquitos tienen dientes.
  • 111,111,111 X 111,111,111 = 12,345,678,987,654,321

jueves, 4 de mayo de 2006

Las 100 cosas que haría si algún día me convierto en un Señor del Mal

Ser un Señor malvado parece una buena carrera. Está bien pagada, hay toda clase de extras y puedes imponer tus propios horarios. Sin embargo, todos los señores del mal que he leído en libros o visto en películas siempre son destronados y destruídos al final. He notado que no importan si eran señores bárbaros, magos trastornados, científicos locos o invasores alienígenas, siempre parecían cometer los mismos errores básicos. Con ello en mente permítanme presentarles...

Las 100 cosas que haría si algún día me convierto en un Señor del Mal:

    1. Mis Legiones del Terror tendrán cascos con visores de plexiglas transparente, no con visores que tapen la cara.

    2. Mis conductos de ventilación serán demasiado pequeños para gatear por ellos.

    3. Mi noble medio-hermano cuyo trono usurpé debe ser asesinado, no encarcelado secretamente en una celda olvidada de mis calabozos.

    4. Dispararles no debe ser suficiente para mis enemigos.

    5. El Artefacto Que Es La Fuente De Mi Poder no será guardado en la Montaña De La Desesperación Mas Allá Del Río De Fuego Guardado Por Los Dragones De La Eternidad. Estará en mi depósito de seguridad. Lo mismo es aplicable al Objeto Que Es Mi Única Debilidad.

    6. No me recrearé en el sufrimiento de mi enemigo antes de matarle.

    7. Cuando haya capturado a mi adversario y él diga antes de matarme, ¿podrías decirme al menos qué es todo esto? yo diré NO y le dispararé..., no, pensándolo mejor le dispararé y entonces diré NO.

    8. Después de raptar a la bella princesa, nos casaremos inmediatamente en una modesta ceremonia civil. No con un espectáculo sorprendente de tres semanas, tiempo en el cual la fase final de mi plan será desbaratada.

    9. No incluiré un mecanismo de autodestrucción a no ser que sea absolutamente necesario. Si es necesario, no será un gran botón rojo con una etiqueta que diga Peligro: No Pulsar. El gran botón rojo, sin embargo, disparará una ráfaga de balas sobre cualquiera lo bastante estúpido para usarlo. De igual forma, el botón ON/OFF no estará claramente marcado como tal.

    10. No interrogaré a mis enemigos en el Santuario Interior; un pequeño hotel alejado de mis fronteras funcionará igual de bien.

    11. Estaré seguro de mi superioridad. Luego no sentiré ninguna necesidad de probarla dejando pistas en forma de acertijos o dejando mis enemigos más débiles vivos para demostrarles que no suponen una amenaza.

    12. Uno de mis consejeros será un niño normal de 5 años. Cualquier fallo en mi plan que sea capaz de detectar será corregido antes de ser llevado acabo.

    13. Todos los enemigos asesinados serán incinerados, o al menos tendrán una cantidad de balas en el cuerpo equivalente a su propio peso, no serán dejados para que mueran en el fondo de un precipicio. El anuncio de sus muertes, así como cualquier celebración, será aplazado hasta después de que se halla llevado a cabo la disposición nombrada.

    14. El héroe no tendrá derecho a un último beso, último cigarrillo, o cualquier otra forma de última voluntad.

    15. Nunca emplearé un dispositivo digital de cuenta atrás. Si encuentro que es absolutamente inevitable, lo programaré para activarse cuando llegue a 117, justamente cuando el héroe este poniendo su plan en marcha.

    16. Nunca usaré la frase pero antes de matarte, hay una sola cosa que quiero saber.

    17. Cuando tenga consejeros, escucharé sus consejos de vez en cuando.

    18. No tendré un hijo. Aunque su irrisoriamente mal planeado intento de usurpar mi poder fallara fácilmente, podría proveer una distracción fatal en un momento crucial.

    19. No tendré una hija. Ella sería tan bella como malvada, pero una mirada al robusto aspecto del héroe y ella traicionará a su propio padre.

    20. A pesar de su probado efecto anti-stress, no caeré en las carcajadas típicas de maníacos. Cuando estés ocupado en eso es demasiado fácil no darse cuenta de desarrollos no esperados que un individuo más atento podría percibir.

    21. Contrataría un diseñador con talento para crear uniformes originales para mis Legiones del Terror, no usaría baratos uniformes de rebajas que les harían parecer tropas nazis, soldados romanos, o salvajes hordas mongoles. Todos fueron derrotados al final y yo quiero que mis tropas tengan una disposición más positiva.

    22. No importa lo tentado que esté con la posibilidad del poder ilimitado, nunca construiré un campo de energía mayor que mi cabeza.

    23. Guardaré una reserva de armas de baja tecnología y entrenaré a mis tropas para su uso. De esta forma, incluso si los héroes consiguen neutralizar El Artefacto Que Es La Fuente De Mi Poder y/o dejar inútiles las armas normales de energía, mis tropas no serán superadas por un puñado de salvajes armados con rocas y lanzas.

    24. Mantendré un conocimiento realista de mis fuerzas y debilidades. Aunque esto elimina parte de la diversión del trabajo, al menos nunca diré la frase ¡¡¡No, esto no puede ocurrir, soy INVENCIBLE!!! (después de lo cual la muerte es casi instantánea)

    25. No importa lo bien que funcione, nunca construiré ninguna clase de maquinaria que sea completamente indestructible salvo por un pequeño y virtualmente inaccesible punto vulnerable.

    26. No importa lo atractivos que ciertos miembros de la rebelión sean, probablemente hay alguien igual de atractivo que no esté desesperado por matarme. Desde luego, me lo pensaré dos veces antes de ordenar que un prisionero sea enviado a mi dormitorio.

    27. Nunca construiré un sólo ejemplar de Cualquier Cosa Importante. Todos los sistemas tendrán paneles y baterías redundantes. Por la misma razón, siempre llevaré al menos dos armas completamente cargadas en todo momento.

    28. Mi monstruo mascota estará guardado en una prisión segura de la cual no pueda escapar y en la cual yo no pueda caer accidentalmente.

    29. Vestiré con ropas de colores brillantes y alegres, para sorprender a mis enemigos.

    30. Todos los conjuradores divagantes, terratenientes torpes, bardos sin talento y ladrones cobardes serán ejecutados de forma preventiva. Mis enemigos seguramente abandonarán su búsqueda si no tienen ninguna fuente de alivio cómico.

    31. Todas las taberneras inocentes y atractivas de mi reino serán reemplazadas por camareras malhumoradas y hartas del mundo que no proporcionarán refuerzos inesperados y subargumentos románticos al héroe o a su compañero.

    32. No me enfureceré y mataré al mensajero que traiga malas noticias sólo para demostrar lo malísimo que soy. Los buenos mensajeros son difíciles de encontrar.

    33. No requeriré a los altos mandos femeninos de mi organización que lleven bustiers de acero inoxidable. La moral mejora con una forma de vestir más sencilla. De la misma forma, los trajes de cuero negro serán reservados para ocasiones formales.

    34. No me transformaré en una serpiente, nunca ayuda.

    35. No me dejare perilla. En los días antiguos te daba un aspecto diabólico. Ahora solo te hace parecer un miembro resentido de la Generación X.

    36. No encerraré miembros del mismo grupo rebelde en el mismo bloque de celdas, y menos en la misma celda. Si son prisioneros importantes, yo mismo conservaría la única llave de la celda en lugar de repartir copias a todos los guardias inútiles de la prisión.

    37. Si mi Hombre De Confianza me dice que mis Legiones del Terror están perdiendo la batalla, le creeré. Después de todo es mi Hombre De Confianza.

    38. Si el enemigo que acabo de matar tiene un hermano menor o un hijo en algún lugar, lo encontraré y lo mataré inmediatamente, en lugar de esperar que crezca abrigando sentimientos de venganza contra mi cuando me encuentre en mi vejez.

    39. Si debo entrar en batalla, no lo haré al frente de mis Legiones del Terror, ni buscaré a mi contrario entre su ejercito.

    40. Nunca seré caballeroso ni deportivo. Si tengo un Superarma Imparable, la usaré tan pronto y tan a menudo como sea posible en lugar de reservarla.

    41. Una vez que mi poder este asegurado, destruiré todos esos malditos Dispositivos De Viaje En El Tiempo.

    42. Cuando capture al héroe, me aseguraré de capturar también a su perro, mono, hurón o cualquier animal asquerosamente listo capaz de roer cuerdas y coger llaves.

    43. Mantendré una saludable cantidad de escepticismo cuando capture a la bella rebelde y ella me diga que le atrae mi poder y mi físico y que traicionará gustosamente a sus compañeros si le dejo participar en mis planes.

    44. Sólo contrataré cazarecompensas que trabajen únicamente por el dinero. Aquellos que trabajan por el placer de la caza tienden a hacer cosas tan estúpidas como conceder al otro una deportiva posibilidad de ganar.

    45. Me aseguraré de que las responsabilidades estén perfectamente definidas en mi organización. Por ejemplo, si mi general la fastidia no sacaré mi pistola y le diré: Y este es el precio del fracaso dándome entonces la vuelta y matando a un subordinado cualquiera.

    46. Si un consejero me dice Mi señor, es sólo un hombre, ¿qué puede hacer un sólo hombre ? Yo responderé Esto y mataré al consejero.

    47. Si advierto que un jovenzuelo ha empezado una aventura para destruirme, le mataré mientras sea un jovenzuelo, en lugar de esperar a que madure.

    48. Trataré a cualquier bestia que controle mediante magia o tecnología con respeto y amabilidad. De tal forma que si el control es roto, no venga inmediatamente a vengarse de mi.

    49. Si descubro la localización del Artefacto Que Puede Destruirme, no enviaré a todas mis tropas a apropiarse de él. Las enviaré a apropiarse de cualquier otra cosa y pondré un anuncio de se busca en el periódico local.

    50. Mis ordenadores principales tendrán su propio sistema operativo, que será totalmente incompatible con el estándar de los portátiles de IBM y MAC.

    51. Si uno de los guardias de mis calabozos empieza a expresar preocupación por las condiciones de la celda de la Bella Princesa, le transferiré inmediatamente a una posición menos orientada al público.

    52. Contrataré a un equipo cualificado de arquitectos para que examinen mi castillo y me informen de todos los pasajes secretos y túneles abandonados que yo deba conocer.

    53. Si la Bella Princesa que capture dice ¡Yo nunca me casaré contigo! ¡Nunca! ¿Me escuchas? ¡¡¡NUNCA!!! yo diré Vaaale y la mataré.

    54. Nunca cerraré un trato con un ser demoníaco para luego intentar engañarle simplemente por llevar la contraria.

    55. Los mutantes deformes y los bichos raros psicópatas tendrán su lugar en mis Legiones del Terror. Sin embargo antes de enviarles en importantes misiones secretas que requieran tacto y sutileza, buscaré alguien igualmente cualificado que llame menos la atención.

    56. Mis Legiones del Terror serán entrenadas para tener una puntería básica. Cualquiera que no pueda acertar a un hombre a 10 metros será usado como diana para practicas.

    57. Antes de usar cualquier artefacto o maquinaria capturados, leeré cuidadosamente el manual de usuario.

    58. Si es necesario huir, nunca me pararé para posar dramáticamente y declamar una frase.

    59. Nunca construiré una computadora pensante más inteligente que yo.

    60. Mi consejero de cinco años también será requerido para descifrar cualquiera de mis códigos. Si lo descifra en menos de 30 segundos no será usado. Nota: lo mismo para las contraseñas.

    61. Si mis consejeros me preguntan ¿Por qué estás arriesgándolo todo en un plan tan loco? no seguiré con el plan hasta que encuentre una respuesta que les satisfaga.

    62. Diseñaré los vestíbulos de mi fortaleza sin nichos o estructuras de soporte prominentes que los intrusos puedan usar para cubrirse en un tiroteo.

    63. Los depósitos de desperdicios serán incineradores, no compresores. Y siempre serán mantenidos a no menos de 200 grados, sin contrasentidos como esas llamas que van a través de túneles accesibles a intervalos predecibles.

    64. Iré a ver a un psiquiatra competente para curarme de todas las fobias extremadamente raras y extraños hábitos compulsivos que puedan ser una desventaja.

    65. Si debo tener un sistema de computadoras con terminales accesibles al público, los mapas que muestren de mi complejo tendrán una habitación claramente señalizada como Sala de Control Principal. Esa habitación será la Cámara De Ejecuciones. La verdadera Sala de Control Principal estará señalada como Contenedor Del Desbordamiento De Las Alcantarillas.

    66. Mi teclado de seguridad será realmente un escáner de huellas. Cualquiera que vea a alguien presionando una secuencia de botones o que espolvoree el teclado en busca de huellas digitales y luego intente entrar repitiendo la secuencia disparará el sistema de alarma.

    67. No importa cuantos fallos tenga nuestro sistema, mis guardas serán entrenados para tratar cualquier fallo de una cámara de vigilancia como una emergencia completa.

    68. Perdonaré la vida de alguien que me la salvó alguna vez en el pasado. Esto es razonable ya que anima a otros a hacerlo. Sin embargo la oferta es sólo valida para una vez. Si quieren que se la perdone de nuevo, será mejor que me vuelvan a salvar.

    69. Todas las niñeras serán expulsadas del reino, todos los bebes serán llevados a hospitales aprobados por el estado. Los huérfanos serán dejados en casas de adopción, no abandonados en el bosque para ser criados por criaturas salvajes.

    70. Cuando mis guardias se separen para buscar a los intrusos, lo harán como mínimo por parejas. Y serán entrenados de tal forma que si uno desaparece misteriosamente, el otro dará la alarma inmediatamente y pedirá refuerzos en lugar de buscarlo estúpidamente.

    71. Si decido probar la lealtad de un teniente y ver si debe convertirse en mi Hombre De Confianza, tendré una escuadra de mis Legiones del Terror preparada en caso de que el resultado no sea satisfactorio.

    72. Si todos los héroes permanecen apiñados alrededor de un Extraño Dispositivo y empiezan a insultarme y desafiarme, usaré el viejo revolver del abuelo en lugar de mi Superarma Imparable.

    73. No estaré de acuerdo en dejar libres a los héroes si ganan en un duelo, aunque mis consejeros me digan que es imposible que ganen.

    74. Cuando encargue una presentación multimedia de mis planes, de tal forma que mi consejero de cinco años la entienda fácilmente, no la dejaré encima de mi mesa con una etiqueta que diga Proyecto del Señor Supremo

    75. Instruiré a mis Legiones del Terror para que ataquen al héroe en masa, en vez de hacerlo por parejas o en solitario mientras los demás esperan.

    76. Si el héroe huye y sube al tejado, no lo perseguiré para luchar con él e intentar tirarle. Tampoco lucharé con él al borde de un abismo (y nunca, por supuesto, si es en mitad de un puente de cuerdas sobre un río de lava )

    77. Si sufro alguna clase de locura temporal y decido dar al héroe la oportunidad de rechazar un trabajo como mi Hombre De Confianza, tendré la suficiente prudencia como para evitar que mi actual Hombre De Confianza pueda oírme mientras hago la oferta.

    78. No les diré a mis Legiones del Terror ¡Debe ser capturado vivo! la orden será más bien Sólo debéis intentar cogerle vivo si es razonablemente sencillo.

    79. Si mi Dispositivo Del Juicio Final tiene la posibilidad de ser detenido una vez que se ha puesto en marcha, será inmediatamente fundido y con él se hará una edición limitada de monedas conmemorativa.

    80. Si mis tropas mas débiles no consiguen eliminar al héroe, enviaré a mis mejores tropas en lugar de perder el tiempo mandando tropas de capacidad cada vez mayor mientras él las derrota y se acerca más y más a mi fortaleza.

    81. Si estoy luchando con el héroe encima de una plataforma móvil, le he desarmado y estoy a punto de matarle y veo que él se tira al suelo, yo también me tiraré al suelo, en lugar de girarme con curiosidad para ver lo que él ha visto.

    82. No dispararé a ninguno de mis enemigos si están quietos delante del Soporte Básico De Una Estructura Pesada Y Peligrosamente Desequilibrada.

    83. Si estoy cenando con el héroe, pongo veneno en su copa y me tengo que ausentar por cualquier razón, pediré nuevas bebidas en lugar de intentar adivinar si ha cambiado las copas de sitio.

    84. No tendré prisioneros de un sexo vigilados por guardias del sexo opuesto.

    85. No usaré ningún plan cuyo paso final sea horriblemente complicado como alinear las 12 piedras de poder en el altar sagrado, entonces activar el medallón en el momento del eclipse total mas bien será del tipo pulsar el botón rojo

    86. Me aseguraré de que mi Dispositivo Del Juicio Final esté siempre preparado y bien apuntado.

    87. Mis contenedores de productos químicos estarán cubiertos cuando no estén siendo usados. Y nunca construiré pasarelas encima de ellos.

    88. Si un grupo de secuaces falla miserablemente en una misión, les regañaré por su incompetencia, pero nunca volveré a enviar al mismo grupo a hacer la misma misión.

    89. Después de capturar el Superarma del héroe, no diré a mi Guardia que nos dejen solos y tampoco me confiaré porque crea que quien la posea es imparable. Después de todo el héroe la llevaba y yo se la quité ¿no?

    90. No diseñaré mi Sala De Control de tal forma que todas las estaciones de trabajo estén en frente de la puerta.

    91. No ignoraré al mensajero que se tambalea agotado y evidentemente impaciente hasta que haya completado mi higiene personal o mi pasatiempo haya acabado. Podría ser realmente importante.

    92. Si alguna vez hablo con el héroe por teléfono, no le desafiaré. En vez de eso le diré que su perseverancia me ha hecho darme cuenta de la futilidad de mi maldad y que, si me deja sólo unos meses regresaré al camino de la rectitud (los héroes son tremendamente crédulos en estos asuntos).

    93. Si decido llevar a cabo una doble ejecución de el héroe y un subalterno que me ha traicionado, intentaré que el héroe sea el primero en ser ejecutado.

    94. Cuando mis guardias estén arrestando prisioneros, no les permitirán pararse para recoger una baratija de valor puramente sentimental.

    95. Mis calabozos tendrán su propio equipo medico con guardaespaldas. De tal forma que si un prisionero enferma de repente y su compañero le dice al guardia que es una emergencia, el guarda llamará al equipo médico en lugar de abrir la celda para echar un vistazo.

    96. Mis mecanismos de apertura de puertas serán diseñados de tal forma que si vuelan el panel desde fuera la puerta se sellará y si lo vuelan desde dentro se abrirá. No al revés.

    97. Las celdas de mis calabozos no estarán amuebladas con objetos que contengan superficies reflectantes o cualquier cosa que pueda ser desmontada.

    98. Si una pareja de jóvenes atractivos entra en mi reino, los vigilaré cuidadosamente. Si encuentro que son felices y se quieren, los ignoraré. Sin embargo, si las circunstancias les han forzado a unirse contra su voluntad y se pasan todo el tiempo discutiendo entre ellos excepto en los momentos en que están salvándose la vida el uno al otro, momento en el cual hay insinuaciones de tensión sexual, ordenaré inmediatamente su ejecución.

    99. Cualquier fichero de datos de importancia crucial será dividido en bloques de 1.44 Mb.

    100. Finalmente, para mantener a mis súbditos permanentemente encerrados en un estado de trance descerebrado, les proporcionaré acceso gratis e ilimitado a Internet.


    También quiero proclamar a HERCULES, XENA, SIMBAD, TARZAN y ROBIN HOOD como las Series De Televisión Oficiales de la lista de Señores del Mal. Sus repetidos esfuerzos para ilustrar porqué los Señores del Mal necesitan unos consejos como estos son un ejemplo para todos nosotros.

Leyes de la animación japonesa

1. Ley de la Irregularidad Metafísica: Las leyes normales de la Física no se aplican.

2. Ley de la Gravitación Diferenciada: Cuando alguien o algo salte, sea arrojado o despegue del suelo (en el caso de aviones y naves espaciales), la gravedad se reduce a la cuarta parte.

3. Ley de la Amplificación Sónica o Primera Ley Acústica del Anime: En el espacio, los sonidos fuertes (como las explosiones) son aún más fuertes debido a que no hay aire por medio que estorbe.

4. Ley de la Propulsión Constante o Primera Ley de la Movilidad en el Anime:
En el espacio, una propulsión constante equivale a una velocidad constante.
La aceleración es nula.

5. Ley de la Movilidad Mecánica o Segunda Ley de la Movilidad en el Anime:
Cuanto más grande sea un dispositivo mecánico, más rápido se moverá. Los robots armados mecha son los objetos más rápidos conocidos por la ciencia humana.

6. Ley de la Variabilidad Temporal: El tiempo no es una constante. Se detiene si el héroe hace algo molón o impresionante, transcurre lentamente cuando los amigos o amantes están siendo asesinados, y se acelera cuando hay una pelea.

7. Primera Ley de la Mortalidad Temporal: Los buenos y los malos mueren de cualquiera de estas dos formas: tan rápido que ni siquiera lo ven venir, o bien en un plano larguísimo en el cual el personaje alcanza una profunda consciencia de los logros de la sociedad, la existencia humana o por qué la tostada cae siempre sobre el lado de la mantequilla.

8. Segunda Ley de la Mortalidad Temporal: A los malos les lleva algún tiempo el morir, independientemente del daño físico sufrido. Aún cuando los hayan matado tan rápido que ni siquiera lo han visto venir, los lleva algún tiempo darse cuenta de que están muertos. Esto se atribuye a la creencia de que ser malo daña el Lóbulo de la Realidad del cerebro.

9. Ley del Énfasis Dramático: Las escenas que envuelven contenidos extremos de acción se resaltan con planos inmóviles o pantallas negras con un haz de luz brillante (generalmente roja o azul).

10. Ley de la Multiplicidad Dramática: Escenas que sólo ocurren una vez (por ejemplo, el bueno golpeando al malo en la cara), son vistas por lo menos tres veces desde tres ángulos diferentes.

11. Ley de la Combustibilidad Inherente: Todo explota. Todo.
Primer Corolario: Todo lo que explota, primero se hincha.
Segundo Corolario: Las grandes ciudades son las sustancias más explosivas conocidas por la ciencia humana. En particular, Tokio parece ser la más inestable de todas.

12. Ley de la Emisión Flogística: Todas las cosas emiten luz mortal.

13. Ley de la Emisión Energética: Siempre se percibe un residuo de energía circulante antes de que los mechas o las armas espaciales se accionen.
Debido a las cualidades explosivas de las armas, se cree que está
relacionado con la Ley de Combustibilidad Inherente.

14. Ley de la Magnitud Letal Inversa: El potencial destructivo de un arma es inversamente proporcional a su tamaño.

15. Ley de la Inexhaustibilidad: Nadie, NUNCA, parece cansado. Excepto, claro está, cuando esté rodeado, superado en número, en inferioridad de condiciones, o inconsciente.

16. Ley de la Habilidad Inversa: La habilidad del bueno, cuando utiliza cualquier tipo de arma de fuego, se incrementa en relación directa a la dificultad del tiro. La habilidad del malo cuando utiliza armas de fuego se reduce al disminuir la dificultad del tiro o al número de malos (lo que también se conoce como Efecto Stormtrooper). Por ejemplo, si el bueno se
encuentra persiguiendo al malo y le dispara desde un vehículo en movimiento, siempre le acertará; en cambio, batallones enteros de malos disparándole al bueno mientras se encuentra parado en medio de un campo abierto, siempre fallarán.
Primer Corolario: Cuanto mayor sea la cantidad de malos, menor es la probabilidad de que acierten o causen algún daño real.
Segundo Corolario: Cuando un bueno es rodeado los malos se alinean en filas, permitiendo que el héroe los ataque a todos con un solo movimiento y después escape.
Tercer Corolario: Cuando un bueno es alcanzado por el fuego enemigo, hay un área del bueno designada, usualmente es el hombro o el brazo, que limita las acciones del bueno a nada que requiera más esfuerzo que utilizar armas de fuego, conducir, operar maquinaria pesada o efectuar alguna técnica compleja de artes marciales.

17. Ley de la Irrealidad Romántica: Goku es guapo.

18. Ley de la Capacidad de Hemoglobina: El cuerpo humano contiene alrededor de cincuenta litros de sangre; a veces más, bajo alta presión.

19. Ley de la Consistencia Demoníaca: Los demonios y otras criaturas sobrenaturales tienen al menos tres ojos, tienden a ser amarillos, verdes o cafés, y sólo pueden ser dañados con armas incisocortantes.

20. Ley de la Irrealidad Militarística: Enormes ejércitos intergalácticos, armadas enteras, y gigantescas máquinas de guerra repletas de guerreros crueles, descorazonados y sedientos de sangre, pueden ser detenidos y vencidos con una simple e insignificante muestra de amor y cariño, o una canción.

21. Ley de Irrealidad Táctica: Los genios estrategas, no lo son.

22. Ley de la Indetectabilidad Inconsecuente: La gente nunca nota pequeños detalles como partes del cuerpo faltantes o heridas del tamaño de un campo de fútbol.

23. Ley de la Intelectualidad juvenil: Los niños son indefectiblemente más listos que los adultos. Y casi siempre el doble de irritantes.

24. Ley del Americantropomorfismo Antagónico: Los malos asquerosos son casi siempre de apariencia norteamericana.

25. Ley de la Inferioridad Intelectual Americantropomorfística: Los buenos estúpidos son siempre norteamericanos grandes.

26. Ley de Proporcionalidad Mandibular: El tamaño de la boca de una persona es directamente proporcional al volumen al que esté hablando.

27. Ley de la Mutación Felina: Cualquier mutación mitad felina/mitad humana, invariablemente:
1. Será mujer.
2. Tendrá orejas de gato, y a veces cola, como parte de la mutación genética.
3. Usará la menor ropa posible, si es que usa.

28. Ley de la Conservación del Poder de Arma de Fuego: Cualquier arma poderosa capaz de destruir o derrotar a un oponente de un solo tiro, será invariablemente reservada y usada sólo como último recurso.

29. Ley de la Benevolencia de la Tecnología con el Usuario: El entrenamiento formal requerido para operar una nave espacial o un mecha es inversamente proporcional a la complejidad de éstos.

30. Ley de la Luminiscencia Corporal: Cualquier despliegue extremo de altos niveles de poderes de artes marciales o emociones violentas emite luz en la forma de aura. Éste aura es usualmente azul para los buenos y rojo para los malos, lo cual se atribuye a que la bondad es de mayor frecuencia en el espectro electromagnético que la maldad.

31. Ley del Antagonismo Xenológico: Todas las razas de feos humanoides alienígenas son hostiles, y generalmente buscan la destrucción de la humanidad por alguna oscura razón.

32. Ley de la Variabilidad Cromofolicular: Cualquier color en el espectro visible es considerado un color de pelo natural. Este color puede cambiar sin ninguna advertencia o explicación.

33. Ley del Aerodinamismo Topológico o Primera Ley de Aerodinamismo del Anime: CUALQUIER forma, no importa lo compleja o imposible que sea, es automáticamente aerodinámica.

34. Ley de la Probabilidad de la Moda: La ropa en el anime sigue ciertas normas establecidas:
1. Las mujeres usan la menor cantidad de ropa posible, independientemente de lo que sea social o meteorológicamente apropiado. Cualquier mujer con una excesiva cantidad de ropa la verá desgarrarse o desaparecer de alguna forma.
2. Siempre que haya viento, los personajes masculinos llevarán invariablemente una gran capa que nunca estorbará sus movimientos, pero que ondeará dramáticamente tras él.
Primer Corolario a la Ley (Crioadaptabilidad) Todos los personajes de anime son resistentes a temperaturas extremas, y no necesitan usar ropa de abrigo en la nieve.
Segundo Corolario (Invulnerabilidad Indecente) Los bikinis proporcionan la mayor protección contra cualquier daño.

35. Ley de la Omnipotencia Musical: Cualquier personaje con talento musical (cantar, tocar algún instrumento, etc.) es automáticamente capaz de hacer muchas cosas simples más, como pilotear un mecha, pelear contra el crimen, detener una guerra intergaláctica y cosas parecidas. Especialmente si nunca había hecho eso antes.


Extraído de: http://www.ciencia-ficcion.com/humor/index.html

Mecánicos en líneas aéreas

Después de cada vuelo, los pilotos de todas las líneas aéreas rellenan un formulario, llamado "gripe sheet", en el que informan a los mecánicos de los problemas que han encontrado en el avión. Los mecánicos corrigen los problemas, documentan las reparaciones en el formulario y los pilotos lo revisan antes del siguiente vuelo.

Que no se diga que las tripulaciones de tierra carecen de sentido del humor... Aquí están algunas peticiones a mantenimiento realizadas por pilotos de la compañía australiana Qantas (marcadas con una P) y las soluciones anotadas (marcadas con una S) por los Técnicos de Mantenimiento.


Por cierto, Qantas es la única gran línea aérea que nunca ha tenido un accidente...

P: Rueda principal interior izquierda casi necesita ser remplazada.
S: Casi se reemplaza la rueda principal interior izquierda.

P: Prueba de vuelo OK, excepto por el aterrizaje automático, demasiado tosco.
S: Aterrizaje automático no esta disponible en este avión.

P: Hay algo suelto en la cabina.
S: Hay algo atado en la cabina.

P: Mosquitos muertos en el parabrisas.
S: Se han pedido mosquitos vivos.

P: El piloto automático en posición de "mantener altitud" produce un descenso de 200 pies por minuto.
S: El problema no se reproduce en tierra.

P: Evidencias de escape en el tren de aterrizaje principal derecho.
S: Evidencia quitada.

P: Volumen del DME increíblemente alto.
S: Volumen del DME fijado a un nivel más creíble.

P: Los bloqueos antifricción causan que el acelerador se atasque.
S: Para eso están.

P: IFF inoperativo.
S: IFF siempre inoperativo en modo OFF.

P: Sospechas de una grieta en el parabrisas.
S: Sospechas correctas.

P: Perdido motor numero 3.
S: Motor encontrado en el ala derecha después de una búsqueda minuciosa.

P: El avión se comporta de forma divertida.
S: Avión avisado para que se ponga las pilas, vuele recto y sea serio.

P: Los objetivos en el radar zumban.
S: Reprogramados los objetivos del radar con letras de canciones.

P: Ratón en la cabina.
S: Instalado gato.

P: Ruido proveniente de debajo del panel de instrumentos. Suena como si un enano estuviese golpeando algo con un martillo.
S: Se le ha quitado el martillo al enano

A los veintitantos...

Te empiezas a sentir inseguro y te preguntas dónde estarás el año que viene o dentro de dos, pero luego te asustas al darte cuenta que apenas sabes donde estás ahora.

Te empiezas a dar cuenta de que hay un montón de cosas sobre ti mismo de las que no sabías y que quizás no te gusten.

Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años atrás...

Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios... por diferentes cuestiones: trabajo, estudio, pareja, etc...
y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato.

Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca a lo que pensabas que estarías haciendo. O quizás estés buscando algún trabajo y piensas que tienes que comenzar desde abajo y te da un poco de miedo. Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con la misma gente de forma constante.

Las multitudes ya no son "tan divertidas"... hasta a veces te incomodan.

Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres... y lo que no.

Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor.

A veces te sientes genial e invencible y otras... solo, con miedo y confundido.

De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando.

Te rompen el corazón y te preguntas cómo esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto mal. O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor. Y pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de novios
y algunos empiezan a casarse. Quizás tú también amas realmente a alguien, pero simplemente no estás seguro de si te sientes preparado para comprometerte.

Atraviesas por las mismas emociones y preguntas una y otra vez, y hablas con tus amigos sobre los mismos temas porque no terminas de tomar una decisión.

Te preocupas por el futuro, préstamos, dinero... y por hacer una vida para ti.

Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucho dinero para tu pequeño sueldo.

De lo que puede que no te des cuenta es de que todos los que estamos leyendo esto nos identificamos con ello. Todos nosotros tenemos "veintitantos" y nos gustaría volver a los 17-18 algunas veces.

Parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito, un desbarajuste en la cabeza... pero TODOS dicen que es la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos...

Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro.

Parece que fue ayer que teníamos 18...
¿¡Entonces mañana tendremos 30!?

¿¿¿¡¡¡Así de rápido!!!???

HAGAMOS VALER NUESTRO TIEMPO... ¡QUE NO SE NOS PASE!