viernes, 11 de agosto de 2006

El Deseo

Un hombre caminaba por una playa gaditana en profunda actitud de oración.
Repentinamente, dijo en voz alta:
- "Señor; ¡Te pido un solo deseo!".
En ese instante el cielo se nubló y la voz poderosa y profunda de Dios dijo:
- "Por que has sido fiel a mí siempre y en todos los sentidos, te concederé el deseo que pidas".
El hombre dijo inmediatamente:
- "Quiero que construyas un puente hasta Lanzarote, para que yo pueda conducir hasta allá cada vez que se me ocurra ir; ¡que me gusta mucho!".
El Señor contestó enseguida:
- "Tu petición es extremadamente materialista. Piensa en la complejidad logística de semejante proyecto.
¡Los pilares del puente tendrían que alcanzar el fondo de mi Océano Atlántico! Imagina la cantidad de hormigón y aceroque eso requeriría... En verdad puedo hacerlo, pero... es difícil para mí justificar tu deseo por algo tan mundano y frívolo. Tómate un poco más de tiempo y piensa en algo
que me honre y glorifique".
El hombre meditó durante un largo rato. Finalmente dijo:
- "Señor Padre, tienes razón, he reflexionado y cambio la petición. Mira, he estado casado cuatro veces y las cuatro me he divorciado. Mis mujeres decían de mí que soy desconsiderado e insensible.
Quizá sea verdad, pero no soy consciente de ello. Mi deseo sincero es poder comprender a las mujeres. Quiero saber cómo se sienten en su interior, lo que piensan cuando me someten al tratamiento del silencio, por qué lloran, qué quieren decir cuando dicen "nada" y cómo puedo hacer
para que una mujer se sienta realmente feliz y dichosa".
Tras unos minutos, Dios respondió:
- "Y... ese puentecillo ... ¿lo quieres de 2 ó 4 carriles?".

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