lunes, 28 de julio de 2008

Todos los Weyrs de Pern - Anne McCaffrey

PRÓLOGO


El Sfía sintió que sus sensores respondían a una renovación de energía procedente de los paneles del tejado que lo cubría. El viento debía de ser fuerte, lo suficiente para quitar de los paneles el polvo y la ceniza volcánica acumulados. Había habido bastantes incidentes similares a lo largo de los últimos dos mil quinientos años, así que el Sfia pudo seguir funcionando, aunque sólo con un nivel de mantenimiento muy bajo.
Al repasar los principales circuitos operativos, el Sfia no encontró ningún desperfecto. Los sensores óptcos externos seguían obstruídos, pero fue consciente de nuevo de la actividad que se producía en sus inmediaciones.
¿Era posible que los humanos hubieran regresado a la zona de Aterrizaje?
Aún no había completado su misión prioritaria: descubrir un medio para destruir al organismo que los capitanes denominaron "Hebras". No había recibido información significativa para el cumplimiento de esa tarea, pero la prioridad nunca fue cancelada.
La energía empezó a aumentar sus recursos conforme los paneles eran descubiertos. No se trataba de un hecho casual provocado por el viento u otros fenómenos meteorológicos, sino una actividad consciente y eficaz. A medida que limpiaban los paneles, la energía solar recargaba los colectores, inactivos durante tanto tiempo. El Sfia respondió distribuyendo la energía revitalizante por sus sistemas, haciendo rápidas comprobaciones a través de circuitos hasta entonces dormidos.
El Sfia había sido muy bien diseñado y, como la energía continuó fluyendo, funcionó a pleno rendimiento cuando descubrieron los sensores exteriores.
¡Los humanos habían regresado a Aterrizaje! ¡Muchos de ellos! Una vez más, la humanidad había triunfado sobre expectativas adversas. El Sfia captó mediante sus elementos ópticos ajustables que todavía los acompañaban las criaturas llamadas lagartos de fuego. El ruido se filtraba también por los canales de audio: voces humanas pronunciando palabras extrañas. ¿Un cambio lingüístico? En dos mil quinientos años era muy probable. El Sfia escuchó e interpretó, comparando las vocales alteradas y las consonantes difusas con sus pautas idiomáticas. Organizó los nuevos sonidos en grupos y los comparó con su programa semántico.
En su campo de visión apareció una inmensa criatura blanca. ¿Descendiente de la primera producción de ingeniería genética? El Sfia hizo una rápida extrapolación a partir de los archivos del biolaboratorio y llegó a la inevitable conclusión de que los llamados dragones habían madurado y prosperado. Buscó "blanco" en los parámetros de la especie creada artificialmente, pero no lo encontró.
La humanidad no sólo había sobrevivido a la caída de las Hebras durante dos mil quinientos veinticinco años, sino que se había fortalecido. La especie tenía la tenacidad necesaria para sobrevivir donde otras sucumbían.
Si los humanos habían logrado regresar del Continente Septentrional, ¿habrían conseguido también destruir al organismo? Eso estaría bien. ¿Qué debería hacer entonces el Sfia si su prioridad estaba cumplida?
Los humanos, con su insaciable curiosidad e inquietud, tendrían nuevas tareas para un Sistema Fonético de Inteligencia Artificial. No eran unos seres que se contentaran fácilmente, según sabía por sus bancos de memoria. Pronto los que trabajaban para eliminar detritus de siglos descubrirían todo el edificio y llegarían hasta él. Desde luego, el Sfia debía reaccionar como ordenaba su programa.
Esperó.

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