lunes, 3 de abril de 2006

Dolor de dientes

Esa sensación constantemente punzante, constantemente irritante, constantemente enervante, constantemente desasosegante, incluso mientras no haces nada, que late, pulsa, se incrementa y disminuye, pero que no llega a desaparecer jamás, cuya irritación se va acumulando e incrementando, de pura impotencia porque no termina, no da descanso, no se interrumpe en ningún momento...

Cada vez que tragas saliva y tu propia lengua te roza algún punto de la mandíbula o el paladar (inevitablemente) sientes como si alguien intentara extraerte todos los dientes, sin conseguirlo, pero intentándolo constántemente, con unos alicates demasiado grandes como para que quepan en tu boca. Morder y arrancar un trozo de pan, o de carne, es imposible, pues parece que te vas a dejar los dientes, como si estuvieras mordiendo un trozo de rueda al que se te quedan pegados.

Parece que momento a momento sientes cómo los dientes se van cambiando de sitio, empujándose unos a otros, como una marabunta en un concierto, apretujándose, dándose codazos, apartando de sí cualquier cosa que tuvieran pegada (la débil y sensible carne de las encías en este caso) de sí, para tener mayor libertad de movimiento, como si un chicle se les hubiera pegado a los pies, con sorprendente poder pegajoso, y que les impidiera deslizarse por la mandíbula, así que se deshacen de él sin miramientos y continúan su baile de codazos y empujones.

Y así minuto tras minuto, hora tras hora, día tras día, acumulándose frustración y mala ostia, sin que ningún medicamento te haga el suficiente efecto para aliviarte al menos durante un rato, martirizándote hasta el extremo de no poder dormir ni descansar durante días, acentuando la irritación, el desaliento y el mal genio progresiva pero inevitablemente, hasta llorar de impotencia porque ningún antiinflamatorio hace efecto más que para permitirte dormir durante dos, o con suerte, tres horas seguidas, por más que tomes (siempre sin sobrepasar los prescritos por el médico, no vayamos a tener un disgusto), hasta que de tantos que tomas, acabas vomitándolos cada vez que los tomas, incrementando el mal cuerpo que ya de por sí tienes, y el malestar general que ya tenías. Sin ganas de nada, y menos de hablar o sonreir, porque el simple hecho de hablar durante 5 minutos o sonreir durante un rato te incrementa el dolor de mandíbulas con el consiguiente incremento de cabreo con el mundo en general y las ganas de no volver a hablar con nadie ni de hacer nada. Ni comer, ni dormir, ni estar despierto, ni hablar... nada. Porque todo hace que te duela más de lo que ya te duele.

Hasta que finalmente parece que se asientan poco a poco los dientes, y sólo queda un leve dolor sordo, constante pero controlable, y la molestia de las encías, que ahora les toca volver a asentarse poco a poco. A veces sucede de un momento para otro, con lo cual te sorprendes de que no te duela. A veces es un cambio tan leve que sólo notas que de repente parece que te hicieran efecto los antiinflamatorios, lo cual también te sorprende.


¿Cómo describir un dolor? ¿Cómo describir cómo te duele algo? Yo, definitivamente no se hacerlo, pero acabo de intentarlo. Esto es lo que ha estado sucediéndome las últimas semanas. Ahora ya se me está pasando... al menos un poco, por lo menos ya puedo dormir.
¿Que porqué no he ido antes al dentista a que me quitaran las muelas del juicio, responsables de todo esto? Creo que ya lo he respondido en algún sitio. Puro y simple miedo. Ayer (martes) tenía porfín cita en un dentista, pero antes de hacer nada en mi boca, tengo que hacerme una radiografía para ver cómo tengo la boca y para eso tengo que pedir cita en otro sitio distinto, y luego ya pedir cita para el dentista para reconocimiento y que empiece a decidir el plan de acción.

Eso es todo, de momento.
Un saludo a todos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro de que vayas al dentista, coño, me alegro.

Ghanima Atreides dijo...

Gracias, gracias, mira que me ha costado, eh? pero porfin he podido reunir un poco de valor (y mucho de estar hasta las pelotas del dolor de dientes) y me he decidido ^^

Anónimo dijo...

El dolor de dientes es un tipo de dolor que muchos en alguna vez lo hemos padecido, el problema surge cuando el dolor es insoportable que incluso no nos deja desenvolvernos en nuestras actividades diarias. Por eso es muy recomendable visitar periódicamente al dentista para hacernos nuestros chequeos. Pero si el dolor nos ataca repentinamente, creo que el uso de un medicamento analgésico puede resultar efectivo.